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Seguridad en escalada deportiva II: peligros objetivos

En este artículo explicamos la diferencia entre peligro y riesgo, y explicamos los peligros objetivos de la escalada deportiva, y cómo gestionarlos.
Seguridad en escalada deportiva. Peligros objetivos. Foto: BarrabesSeguridad en escalada deportiva. Peligros objetivos. Foto: Barrabes

Éste es el segundo de los 3 artículos que estamos publicando sobre seguridad en escalada deportiva. Está dedicado a los peligros objetivos durante la práctica de la actividad.

Son artículos totalmente actualizados y reformados que, en su primera versión, escribió Pep Soldevila, hace más de una década, para nuestra revista Cuadernos Técnicos, y que ya fueron en aquella época publicados también en nuestra web.

Como decíamos en la introducción del primer artículo, la escalada deportiva nació a principios de los años ochenta del pasado siglo con una filosofía muy clara: intentar alcanzar un nivel superior de dificultad sobre la roca, a base de reducir el riesgo que la escalada comporta.

Pero este control del riesgo nunca es total. La escalada deportiva tiene un cierto nivel de peligro.

Con estos artículos pretendemos, por una parte, concienciar al colectivo de escaladores de esta realidad y por otra, conocer la tipología de peligros que comporta este tipo de escalada y como podemos prevenirlos y superarlos.

Redescubre tu seguridad

Estos artículos pertenecen a nuestra sección redescubre tu seguridad, #redescubretuseguridad.

En ella podéis encontrar muchos artículos de alpinismo, escalada, esquí de travesía, hielo, trail running, trekking y montañismo referentes a importantes temas relacionados con la seguridad en la montaña.

Esperamos que la disfrutéis y, sobre todo, que os sea útil.

Diferencia entre peligro y riesgo

Antes de empezar, vamos a recordar la diferencia entre peligro y riesgo.

A veces se confunde, y es muy interesante conocer esta diferencia para gestionar mejor el riesgo. Si la ignoramos, podemos pensar que la superación de peligros es un actividad en la que no puede gestionarse el riesgo que asumimos.

Y suele confundirse, incluso en un mundo, como el de la montaña, en el que la gestión de riesgo es la base de la actividad. ¿Una prueba? Cuando se publica el BPA semanal, (Boletín de Peligro de Aludes), la forma habitual de hablar entre practicantes de alpinismo y esquí de travesía es “hay riesgo 5 de avalanchas”.

No. Hay un grado 5 de peligro de avalanchas. Eso es objetivo. Si, lógicamente, ante un peligro así, decidimos quedarnos en casa, el peligro de avalanchas seguirá siendo 5, pero nuestro riesgo será 0.

  • El peligro no cambia hasta que las condiciones cambien. Es el que es, y no lo podemos cambiar, y es objetivo.
  • El riesgo, en cambio, lo podemos gestionar y reducir o evitar.
Por seguir con otro ejemplo como el de las avalanchas, ésta vez en el ámbito de la escalada deportiva: si vemos una vía con peligro claro de caída de piedras y, debido a ese peligro, decidimos no entrar en ella y, además, alejarnos de su base a una zona segura, el peligro de caída de piedras sigue siendo el mismo, pero nuestro riesgo es cero.

Es decir: el riesgo tiene en cuenta la exposición y la vulnerabilidad frente a un peligro, y lo podemos gestionar. Según el grado de peligro, lo evitaremos completamente o lo afrontaremos con las técnicas adecuadas que lo minimizan.

RIESGO=PELIGRO x EXPOSICIÓN x VULNERABILIDAD

Peligros objetivos vs peligros subjetivos

Son los dos grandes tipos de peligros que podemos encontrar en escalada. Bueno, en realidad, en cualquier ámbito de la vida.

Todos los peligros pertenecen a alguno de estos dos grupos, aunque cabe decir que el límite entre los dos no siempre es preciso, tal y como veremos en algunos ejemplos.

  • Peligros objetivos: son aquellos que no dependen directamente del escalador, por tanto no podemos estar seguros de evitar, pero sí hemos de intentar prevenir.
  • Peligros subjetivos: son aquellos que dependen directamente del escalador, por tanto podemos estar seguros de controlarlos con nuestra actitud, si hacemos las cosas correctamente.
Hoy vamos a explicar algunos de los principales peligros objetivos a los que nos podemos ver expuestos durante la práctica de la escalada deportiva.

La escalada deportiva, un deporte seguro si sabemos gestionar el riesgo. Foto: BarrabesLa escalada deportiva, un deporte seguro si sabemos gestionar el riesgo. Foto: Barrabes

PELIGROS OBJETIVOS

Durante la práctica de la escalada deportiva, las situaciones peligrosas que no dependen directamente del escalador son quizás las menos frecuentes. Quizás sean tan solo un 10 o un 20 por ciento de las totales. Este tipo de situaciones son más frecuentes en la escalada tradicional y todavía más en alpinismo. Pero esto de ninguna manera quiere decir que, en escalada deportiva, se reduzcan a cero.

Recordemos que la política que hemos de seguir para el control de estos peligros objetivos es la prevención. Pero hemos de ser conscientes de que esta prevención, por bien hecha que esté, nunca conseguirá la seguridad total.

A continuación pasamos a detallar cuáles son estas situaciones, sus posibles consecuencias, y cuál seria su prevención correspondiente.

1. Caída de piedras y rotura de presas

Esta situación puede ser causada por meteoros atmosféricos, por animales o por personas. En el caso de las personas podríamos considerarlo como un peligro subjetivo, dependiendo de la situación.

Viento

El viento puede desencadenar pequeñas caídas de piedras, que además pueden arrastrar piedras de mayor tamaño que golpean con fuerza el pie de vía.

Un día ventoso después de días de lluvia puede ser especialmente problemático.

Morfología del terreno

La morfología del terreno que domina la pared puede propiciar la caída de piedras. Los sectores deportivos que tienen canales o tarteras por encima son más problemáticos.

Paso de animales

El paso de animales puede ser también desencadenante de una caída de piedras. Esto es especialmente cierto en las vías de escalada deportiva situadas en zonas más agrestes de montaña.

Compañeros de cuerda, otros escaladores

Otras personas nos pueden tirar piedras mientras estamos a pie de vía, sin querer, incluso sin darse cuenta. Esta situación se produce muy a menudo, sea por rotura de presas que no aguantan la presión del escalador, sea por la propia cuerda que desequilibra piedras inestables al tirar de ellas en dirección desfavorable.

Esto es bastante habitual en vías recién abiertas, pero también puede pasar en vías trazadas sobre un terreno demasiado inestable, que no se terminan de limpiar nunca con el paso de escaladores.

Nosotros mismos

Escalando, podemos arrancar presas inestables, con la consiguiente caída inesperada. A veces éstas son claramente sospechosas, pero a veces no es así. No son escasos los vuelos por rotura de presa completamente magnesiada y sólida en apariencia.

Acciones preventivas ante caída de piedras

Casco

Deberemos llevar siempre caso, tanto escalando como, tanto o más importante, a pie de vía.

A pesar de esta prevención, no tendremos nunca la seguridad total, pero reducimos en mucho el riesgo.

Antes y después de un golpe...imaginad sin casco. Foto: Pep SoldevilaAntes y después de un golpe...imaginad sin casco. Foto: Pep Soldevila

Apartarnos siempre de la vertical del escalador

Mientras aseguramos, debemos movernos ligeramente de la vertical, ya que ésta es la trayectoria natural de las piedras que puedan caer.

Estar atentos y anticipar

Si estamos atentos en cada momento de la escalada, podremos observar la calidad de la roca, cargar con prudencia sobre determinadas presas que nos producen dudas, evitar pies de vía bajo canales o pequeñas tarteras, no subestimar la fuerza del viento, considerar el paso de animales salvajes y estar atentos a las cordadas vecinas.

Tenemos que estar atentos y analizar al instante todos estos factores y reaccionar al primer indicio de una situación propicia a la caída de piedras.

Comunicación con el compañero

Es fundamental como acción preventiva. A la mínima sospecha de posible desprendimiento, avisamos para que quien asegura pueda moverse y esté atento para evitarla.

Parada, o técnica de búlder

Consiste en cubrir la espalda al compañero durante los primeros movimientos de la vía, antes de alcanzar el primer seguro. Es una acción preventiva ante la posible rotura de una presa.

Foto: Pepe SoldevilaFoto: Pepe Soldevila

2. Diseño de la vía

Éste es un factor que tampoco depende de nosotros, y que puede ser realmente peligroso.

Situación de los anclajes

En algunas vías es claramente errónea, bien sea por distancias excesivas entre ellos, bien sea por la posición del anclaje respecto a las presas, que obliga a chapar precariamente. Los alejes excesivos son típicos de algunas zonas, donde los escaladores locales han gustado de desarrollar esta tradición fanfarrona.

Primer seguro exageradamente lejano

El primer seguro exageradamente alto es una absurda tendencia que podemos encontrar en algunas escuelas, cuando en buena lógica tendría que ser todo lo contrario.

Posición del anclaje respecto a la roca

La posición del anclaje respecto a la roca puede ser peligrosa si, como a menudo ocurre, obliga al mosquetón a trabajar haciendo palanca con la roca o en posición desfavorable.

Anclajes inadecuados

Los anclajes inadecuados que podemos encontrar en algunas vías, son también peligrosos. Podemos encontrarnos anclajes obsoletos, caseros, inadecuados para el tipo de roca, o con metales mezclados (después veremos cuál es el problema de esto).

Los anclajes tipo spit fueron utilizados masivamente en los años ochenta del pasado siglo, y aunque en los últimos años han desaparecido en buena parte, todavía hay vías equipadas con ellos. A la larga son mucho menos de fiar que los anclajes modernos. Podemos reconocerlos porque no presentan una tuerca montada sobre un espárrago, sino una cabeza hexagonal plana.

Anclajes sobre areniscas o calizas muy blandas

Sobre rocas areniscas o calizas muy blandas, así como en todo tipo de rocas en ambientes marinos, el químico es el único seguro que podemos considerar fiable.

Un spit (véase la cabeza plana), mal metido y roca blanda. Peligro real a evitarUn spit (véase la cabeza plana), mal metido y roca blanda. Peligro real a evitar

Acciones preventivas para evitar problemas por diseño de la vía

Observación

Tenemos que estar atentos. En caso de detectar alguno de estos posibles peligros, actuaremos de forma preventiva ante ellos.

Renuncia

Si juzgamos algún peligro evidente en cuanto a diseño o anclajes, en la mayoría de los casos lo mejor es renunciar a la escalada.

Por eso es fundamental examinar la vía desde el suelo. En cualquier caso, si desde abajo no detectamos peligros, y a media vía nos encontramos con ellos (distancia excesiva entre seguros que puede hacernos caer sobre salientes o pequeñas repisas, anclajes, etc), no debemos dudar en abandonar un mosquetón en el seguro correspondiente y bajar de la vía.

Llevar una pértiga para chapar parabolts

Esta pieza de material permite chapar un parabolt lejano desde el anterior, o bien el primer seguro de la vía desde el suelo. Hay quien considera esto una cobardía, pero cada quién debe decidir por la salud de sus tobillos.

Es mejor llevar un sistema eficaz, pero si no lo tenemos a mano, se puede fabricar de manera improvisada con una rama larga, esparadrapo y una cinta exprés.

Cazando el primer parabolt desde el suelo con una pértiga Beta Stick EvoCazando el primer parabolt desde el suelo con una pértiga Beta Stick Evo

Alargar las cintas exprés

Si, una vez montada la vía, pensamos que algunos seguros están demasiado alejados entre sí, o se chapan de forma precaria, podemos alargar las cintas exprés convenientemente.

Pero, ¡cuidado! Esto debe hacerse siempre de la forma correcta, enlazando cinta con mosquetón, jamás mosquetón con mosquetón.

Expreses encadenadas correctamente. Foto: Pep SoldevilaExpreses encadenadas correctamente. Foto: Pep Soldevila
Stefano Ghisolfi en Change, 9b+, expreses encadenadas correctamente. Foto: Sara Grippo, cortesía CampStefano Ghisolfi en Change, 9b+, expreses encadenadas correctamente. Foto: Sara Grippo, cortesía Camp

Alargar el punto de chapaje

Si al conectar directamente el mosquetón a la chapa, por estar situado el anclaje en un sitio incorrecto, vemos que hay salientes que impiden que cierre en su totalidad, o que le obligan a trabajar en posición desfavorable, podemos conectar una cinta en aro a la chapa.

3. Mal estado de los anclajes

Otro peligro objetivo que no depende de nosotros es el estado de los anclajes.

Ya hemos comentado que, en caso de observar vías de escalada deportiva con anclajes obsoletos o inadecuados, deberíamos descartar la escalada de esa vía, o bien considerar la escalada en estilo clásico, con lo que conlleva de material, etc.

Pero, al margen de esto, puede ser peligroso escalar en vías con anclajes que han envejecido excesivamente, o que están deteriorados por múltiples caídas.

Actualmente podemos considerar que hay dos grandes familias en los anclajes:

  • Los que actúan por expansión mecánica, que generalmente llamamos parabolts.
  • Los que actúan por acción de una resina epoxi, que llamamos químicos.
Los químicos son los más seguros y fiables.

Es muy evidente identificar cuál es cuál. Como puede verse en las foto, la parte que asoma en un químico es un aro, mientras que en un parabolt asomará el vástago con una tuerca, y habrá que incorporar una chapa.

Tensor para usar con químicosTensor para usar con químicos
ParaboltParabolt

Estos son los principales motivos por los que un anclaje puede estar en mal estado.

Mala colocación

Se evidencia en un parabolt cuando presenta el espárrago demasiado salido, síntoma de que no ha expansionado bien, o lo ha hecho superficialmente. No es difícil escuchar, o haber vivido, historias de parabolts que pueden salirse simplemente agarrándolos con la mano. Y no han sido pocos los accidentes por algo así.

Por el contrario, si encontramos una chapa suelta basta con apretar la tuerca: el parabolt será seguro si está bien expansionado. Lo ideal sería apretarla a su par con una llave, de forma que quedara bien para el resto de la comunidad, pero si nos lo encontramos sin llave, o en un momento en el que no podemos hacer malabares, bastará con hacerlo con la mano.

Pep Soldevila
Un parabolt con el espárrago excesivamente salido indica una expansión dudosa

Envejecimiento

Está directamente relacionado con la corrosión del anclaje.

Si vemos síntomas externos, lo más seguro es que internamente la corrosión pueda ser importante, y el anclaje pueda fallar bajo carga.

Spit con extraño enganche oxidado por la corrosión que se encontró un miembro de nuestro equipo.Spit con extraño enganche oxidado por la corrosión que se encontró un miembro de nuestro equipo.

Los anclajes situados en el curso de pequeñas corrientes de agua, o en sitios especialmente húmedos acostumbran a envejecer más rápidamente. En los anclajes situados en entornos marinos, la corrosión es muy rápida, y se tendría que utilizar exclusivamente acero inoxidable.

Corrosión galvánica

Uno de los grandes problemas en cuanto a la conservación de los anclajes tiene que ver con algo que se denomina corrosión galvánica.

Es fácil de identificar: encontraremos una chapa oxidada con un mosquetón de aluminio en buen estado, o una chapa en buen estado cuyo tornillo está oxidado, etc.

¿Por qué pasa esto? Cuando dos metales en contacto no tiene el mismo par galvánico, y están en un medio húmedo, el menos noble se corroe con el tiempo. La explicación científica dice que, al tener los metales diferentes potenciales de electrodo o de reducción, se forma una celda galvánica que hace posible la migración de iones desde el ánodo al cátodo, que crea la corrosión.

Tuerca oxidada por corrosión galvánica. Foto: BarrabesTuerca oxidada por corrosión galvánica. Foto: Barrabes

Esto en escalada, ocurre principalmente cuando entran en largo contacto aluminio con acero, o dos aceros diferentes.

El primer caso es el motivo por el que nunca deberían dejarse mosquetones fijos de aluminio en las cadenas de las vías (y por eso suelen equiparse con mosquetones de acero).

Descuelgue con mosquetón de aceroDescuelgue con mosquetón de acero

El segundo caso no suele darse en las reuniones bien equipadas, porque si la cadena y el mosquetón de descuelgue se compran en conjunto, serán del mismo acero. Pero, por contra, puede verse fácilmente en vías en las que los tornillos, tuercas y chapas se compran a su aire, y los equipadores no son cuidadosos en la elección.

Deterioro por múltiples caídas

En este caso, la chapa es la que sufre más. Esto se hace evidente en el tramo clave de algunas vías duras, que se prueban a base de vuelos.

Lo positivo es que antes de romperse la chapa presentará una deformación muy importante, avisándonos.

El triplete: chapa rota por múltiples caídas, parabolt salido y corrosión galvánica. Foto: BarrabesEl triplete: chapa rota por múltiples caídas, parabolt salido y corrosión galvánica. Foto: Barrabes

Instalación de la reunión

Es otro punto especialmente crítico, que tenemos que examinar con atención.

La mayoría de reuniones incorporan un mosquetón para descolgarse. Este mosquetón debería cerrar bien, y no presentar desgastes exagerados en la zona por donde pasa la cuerda. Pruebas de Black Diamond demostraron la facilidad con que un mosquetón desgastado con filo cortante puede partir una cuerda.

Mosquetón de reunión con gran desgaste y bordes afilados. No usar, y cambiar.Mosquetón de reunión con gran desgaste y bordes afilados. No usar, y cambiar.

También deberíamos estar atentos al estado de los anclajes que conforman la reunión, aunque el hecho de que haya por lo menos dos supone un margen de seguridad enorme, pero no total.

Acciones preventivas antes mal estado de los anclajes

Observación y prudencia

No creer ciegamente en la solidez de todo lo que brilla en la pared. Y no pensar que eso es cosa de otras personas, como si una vía de escalada en la naturaleza fuera un gimnasio con responsable de mantenimiento que se ocupa de ello.

Renunciar ante un anclaje sospechoso

Podemos optar por destrepar hasta el anclaje anterior y desde éste descolgarnos. También podemos optar por utilizar la caña y continuar, si destrepar nos supone un auténtico problema.

Abandonar un mosquetón en la reunión

Si el existente no ofrece garantías, es mejor perder material que ponernos en riesgo.

Pero, cuidado: esta práctica, extendida en algunas vías, hace que las reuniones se vayan poblando de mosquetones: evitar los que veamos realmente desgastados y, a ser posible, retirarlos para que la vía quede más segura tras nuestro paso.

Cambiar la chapa

Un buen hábito es acostumbrarse a llevar siempre en la mochila un par de chapas y una llave fija. Si vemos alguna con una deformación evidente, la cambiamos.

Hemos hablado ya de corrosión galvánica, de chapas dobladas...tenemos que ser conscientes de que pertenecemos a una comunidad. Una comunidad maravillosa: la de la montaña. Cambiando chapas viejas al verlas, colocando mosquetones adecuados, retirando los viejos, cambiando cintas cosidas en mal estado, no solo garantizamos nuestra seguridad: conseguimos que la comunidad cuide sus espacios comunes de participación, y de esa forma se cuide de forma solidaria.

Eso sí: equipar, etc, es algo que debe hacer quien tenga la experiencia adecuada.

4. Cintas exprés fijas

En muchas zonas de escalada deportiva a menudo podemos ver vías con las cintas exprés colocadas.

La función de estas cintas debería ser facilitarnos el montaje y desmontaje de la vía, y no la protección de la misma. Estas cintas pasan a veces meses o años colgadas en el mismo sitio, expuestas a la intemperie.

El deterioro de las cintas provoca que baje alarmantemente su resistencia. No son uno ni dos los accidentes provocados por expreses fijas en mal estado. En algún caso, ni siquiera hizo falta vuelo: solo cargar el peso sobre la cinta hizo que se partiera.

Deterioro de los mosquetones

No solo se deterioran las cintas: los mosquetones de las expreses permanentes también sufren. A menudo, la exposición a la intemperie hace que no cierren bien, disminuyendo su resistencia de forma drástica. Si además, como suele ocurrir, la cinta está dejada porque protege un paso difícil, que se intenta a vuelos, las caídas repetitivas puede desgastar excesivamente los mosquetones.

El desgaste supone que la zona en donde se apoya la cuerda toma una forma con los bordes afilados, que comporta un peligro real de cizalla de la cuerda.

Acción preventiva por deterioro de expreses y mosquetones fijos

La acción preventiva que podemos tomar en este caso es muy clara: no os fiéis nunca de estas cintas. Colocad vuestras propias cintas a medida que subáis, y si utilizáis las cintas existentes para montar o desmontar la vía andaos con mucho cuidado.

5. Fallo del material de escalada

Este factor, cuando no ha habido un uso inadecuado, es muy poco frecuente, pero no imposible.

No estamos hablando de situaciones en que se ha hecho trabajar mal el material, sino de casos en que el material, aún siendo empleado correctamente, no ha funcionado como era de esperar porque de origen era defectuoso.

En el material duro, hardware, es muy difícil que ocurra, por su propia naturaleza y por el Sigma 3 de media que se emplea en las pruebas de calidad para poderse vender en la CE, y que garantiza casi en su totalidad que la peor de las muestras esté dentro de los requisitos de resistencia exigidos. Es tan difícil que, si alguna vez, aunque solo ocurra en una ocasión, las marcas detectan algún mínimo problema, automáticamente hacen un llamamiento universal de comprobación y retirada.

Aunque también es muy difícil, puede ser más posible en materiales textiles, especialmente en lo referente a cuerdas. Suele tener que ver con deslizamiento de funda y alma de la cuerda. La ventaja es que es fácilmente detectable nada más sacarla de su embalaje.

Acción preventiva ante fallos de material

Pasa única y exclusivamente por nuestra atención, especialmente al comprar el material.

Una inspección visual es importante para detectar posibles defectos, aunque es obvio que esta atención puede ser insuficiente contra defectos ocultos o poco evidentes.

De todos modos, la buena noticia es que estos casos son tan altamente infrecuentes, que es muy difícil que nos ocurran.

Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

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