Saborear un simple plato de pasta con algo de acompañamiento, llenándote la barriga después de un
día cansado, en un espacio como éste y con una compañía como la de nuestros amigos
es una de las cosas más maravillosas del mundo. Disfrutar de lo que hacemos, de dónde
estamos y sobretodo de con quién lo compartimos es disfrutar de la vida al máximo. Eso,
para mi, son las cosas verdaderamente importantes de la vida, el qué, el cómo y el con
quién. Y en este viaje, en esta aventura, ninguna de las tres preguntas podría haber tenido
mejor respuesta.
Cuando me imaginaba navegando en kayak por el Báltico y parando al gusto en alguna isla para comer,
descansar y escalar, no podía visualizar una experiencia tan fascinante como la vivida este mes
de agosto. Kayak y escalada en el Archipiélago de Estocolmo en la zona de Dalarö-Tyresö, al suroeste
de Estocolmo.
Una combinación verdaderamente buena que nos regaló una semana llena de experiencias, lugares, paisajes
y escaladas en compañía de grandes amigos...y al fin y al cabo de eso se trata, ¿no?
ESTOCOLMO Y LA CULTURA VIKINGA
Cuando nos llegó la invitación de Dani para hacerle una visita a Suecia y compartir la experiencia de navegar
y escalar por el Báltico las dudas me invadieron.
Para un tío de secano como yo navegar por las frías aguas del Báltico era una actividad que le superaba
por todos lados. Sin embargo hacía mucho tiempo que no me juntaba con dos buenos amigos como son
Jorge Duerto y Dani Cereceda, compañeros de esta aventura junto a Patricia Fernández y Hélén Elgrund.
De esta manera aceptamos el reto y comenzamos a planificar el viaje, es decir, delegar toda responsabilidad
en el Capitán Cereceda y su segunda de abordo Hélén, que el sueco escandinavo es harto difícil y con
dos guías de este nivel la experiencia estaba garantizada.
Desde que viera de pequeño la famosa película de 1958 de Kirk Douglas titulada Vikingos me quedé
prendado con esa civilización asentada en la antigua Escandinavia, hoy Suecia, Noruega y Dinamarca que
se hizo famosa a nivel europeo tras el asalto en el año 793 del Monasterio de Lindisfarne al norte de Gran
Bretaña. Los Vikingos se organizaban en Monarquía y eran paganos y de religión politeísta con Dioses
basados en la Naturaleza. Su final activo llega en el
S.XI tras la evangelización escandinava en la que los
Reyes vikingos se convirtieron al cristianismo y abandonaron
figuras tan importantes e interesantes como
Odín, Dios principal en el que reside la sabiduría, la
muerte y la guerra o el archiconocido Thor, Dios del
trueno, del clima, protector de la naturaleza y de las
cosechas y máximo exponente de la justicia.
Los Vikingos eran gente guerrera, fuertes, rudos y
con una vinculación especial con el mar debido a su
situación geográfica. Lo utilizaban como elemento de
transporte y exploración a través de sus embarcaciones
llamadas Drakkar pero también como fuente principal
de alimentación ya que eran formidables pescadores
y cazadores.
Con todo este imaginario nos presentamos en Estocolmo
y planificamos nuestra ruta por el Archipiélago
de Dalarö-Tyresö no sin antes hacer un poco de turismo
por el Centro de la capital sueca formada por
once islas diferentes. Ambiente runner por cada calle,
una ciudad de menos de dos millones de habitantes,
limpia, elegante y con un colorido especial. El agua
está presente en cada momento y resulta interesante
visitar el Ayuntamiento en el que se realiza la fiesta de
los premios Nobel y el parque etnológico y natural de
Skansen entre otras cosas.
Para los más fanáticos de la escalada uno puede quitarse
el gusanico en la escuela de escalada de Münchenbryggeriet,
en el mismo centro de Estocolmo.
Esta escuela se ubica en los alrededores de una fábrica
de cerveza, la Münchenbryggeriet, que da nombre
al sector de escalada. Nos recibirá un granito pulido
y resbaladizo. De movimientos complicados y no
siempre agradables. Es una buena toma de contacto
con un grado surrealista que obliga a esforzarse bien
por la falta de práctica, por la especificidad del estilo,
o por la notable diferencia con nuestras escuelas.
El caso es que el sitio no es una maravilla. Más bien
una escalada feucha pero en un sitio interesante y en
el centro de Estocolmo así que ante la pregunta de si
merece la pena acercarse la respuesta, desde mi experiencia,
es que sí, siempre y cuando sepamos que
vamos a fusionar la escalada y el patinaje.
MAR BÁLTICO, ARCHIPIÉLAGO DE ESTOCOLMO, DALAR Ö, TYRESÖ NORET Y DÖDSKALLEBERGET
El archipiélago de Estocolmo, lo que fue nuestro escenario
para navegar y escalar, se extiende desde
las costas de la ciudad de Estocolmo hasta 60 km
en el mar abierto. Tiene 24 000 islas entre las costas
de Uppland y Södermanland, desde Björkö-Arholma
al norte hasta el Öja-Landsorten al sur.
Nuestra ruta comenzará en la península de Dalarö un
pequeño puerto situado al Suroeste de Estocolmo y
de cara a la inmensidad del mar Báltico y del Gränofjärden.
Allí cargaremos las piraguas con el material
y la comida para varios días y comenzaremos la
aventura.
En Suecia la acampada libre está permitida con un par
de condicionantes: evidentemente dejar todo, como
mínimo, tal y como se ha encontrado; y no pasar más
de una noche en el mismo sitio. La cultura sueca en
cuanto a temas naturales se refiere está mucho más
avanzada que en el sur de Europa y prácticamente
todo el mundo actúa con un respeto intachable sobre
su entorno. Aquí entienden que ellos son parte de
ese entorno y no unos meros espectadores utilizando
la naturaleza como lugar de esparcimiento, de ocio,
como fuente exquisita de recursos alimenticios, como
lugar de aprendizaje y en consecuencia su cuidado
no sólo es importante sino vital.
Después de un buen rato cargando las piraguas conseguimos
meter todo el material de escalada en el
que un surto de friends y fisureros resultarán interesantes.
El saco de dormir, la esterilla, la tienda, la
ropa para varios días y la imprescindible comida para
recargar las pilas en cada campamento. Las piraguas
que utilizamos eran para dos personas con portaequipajes
delantero, central y trasero y aunque al principio
alucinábamos con meter todo en ese pequeño “cacho
de plástico” conseguimos el objetivo. La teoría parecía
sencilla y la piragua contaba con una aleta trasera
y unos pedales que dirigían esa aleta para poder girar
a izquierda o derecha. El de la parte de atrás dirige el
rumbo y acompaña en el remo al cabeza de piragua.
Las de mar son piraguas muy estables y resulta difícil
el vuelco si no hay un oleaje extremo y desde luego
ese no era problema en el itinerario que habíamos
planificado. Aún así haremos prácticas para montarnos
en la piragua en caso de que esta volcara y la
experiencia fue verdaderamente agotadora. Como
todo en la vida tiene una técnica específica que consiste
en entrar con una inclinación de 45º respecto
al asiento y en dirección contraria a la nariz o parte
delantera de la piragua, para una vez con los pies
dentro del habitáculo girar el cuerpo de abajo hacia
arriba. Un buen ejercicio que dejó hecho polvo a unos
inexpertos piragüistas como nosotros.
De Dalarö partimos hacia el Norte y Noreste esquivando
algunas islas hacia la zona de Tyresö donde
visitaremos dos buenas escuelas de escalada: Noret
y Dödskalleberget.
La naturaleza aquí es impresionante: bosques enormes
de coníferas con predominio de Pino silvestre y
de Píceas combinándose con especies caducas y de
gran porte como Arces reales y Hayas. Frambuesas,
fresas silvestres, grosellas, arándanos negros y un
montón de bayas silvestres que dan colorido a las
partes bajas del ecosistema forestal.
Aquí no hay grandes montañas. De hecho no hay
montañas. Pero las masas forestales de esta parte
del Norte de Europa nos abruman en un espectáculo
vegetal de grandes dimensiones. Es un placer navegar
y caminar. Disfrutar de amaneceres y atardeceres
que anuncian un nuevo día o la hora de cenar y acostarse.
Ultimar el remo con el ocaso. Recrearse en un
silencio interrumpido por el canturreo de los pajaricos
del bosque.
Los momentos de acción son estupendos pero los
de descanso también. Escuchar las brasas en una
noche estrellada mientras se alterna la visión de las
llamas naranjas reflejadas en el mar con unas estrellas
en un cielo extremadamente limpio. Leer al sol
subido en una piragua en el mar mientras la brisa
marina acaricia tu cara. Descansar en las tiendas de
campaña. Levantarse y degustar un buen desayuno
a base de pan multicereales y mermelada de frutos
silvestres que te cargue de energía para escalar con
avidez. Saborear un simple plato de pasta con algo
de acompañamiento, llenándote la barriga después
de un día cansado, en un espacio como éste y con
una compañía como la de nuestros amigos es una
de las cosas más maravillosas del mundo. Disfrutar
de lo que hacemos, de dónde estamos y sobretodo
de con quién lo compartimos es disfrutar de la vida al
máximo. Eso, para mi, son las cosas verdaderamente
importantes de la vida, el qué, el cómo y el con quién.
Y en este viaje, en esta aventura, ninguna de las tres
preguntas podría haber tenido mejor respuesta.
LA ESCALADA
La escalada en Suecia es sobre granito y derivados.
Placas técnicas, fisuras y algunos desplomes con
canto en un grado generalmente atornillado. Es bonito
comprobar cómo en las escuelas coexisten perfectamente
vías de chapas y vías de trad dónde la roca
lo permite. Para nosotros, acostumbrados al calcáreo
generoso en canto la adaptación es laboriosa pero
sacamos todos los recursos que tenemos y cada uno
se lleva su souvenir para el recuerdo.
Los sitios en los que se escalan son alucinantes, con
vistas al Báltico o a algún lago de agua salobre como
el de Dödskalleberget. Tanto Noret como Dödskalleberget
son escuelas más o menos pequeñas con
varios sectores cada una de ellas. En Noret visitamos
el sector Röda Lacket Väggen. Vías de placa fisurada
y desplome de canto pequeño sobre un granito fracturado
pero de calidad. Un bosque a orillas del mar
en el que montamos campamento a tres minutos del
sector. Por supuesto el baño después de escalar está
garantizado. A priori pensamos que el agua sea heladora
pero a estas alturas del año no está, ni de lejos,
más fría que el agua de nuestros Pirineos.
En Dödskalleberget visitamos el sector Huvudväggen
sobre el lago que desemboca en el Báltico. La escalada
en este sector es de placa muy dura con algunos
desplomes en los grados de mayor dificultad
y un techo soberbio que te regala una panorámica
maravillosa de esa unión de aguas dulces y saladas.
El atardecer en este sector cambiara la escalada sobre
tonos blancos, grises y naranjas por un dorado
homogéneo salpicado por el verdor de algunos pinos
silvestres. Los brazos y las lesiones aguantan no sin
molestias hasta el último día que piden clemencia.
Molestias que el cuerpo se encargará de saldar con
una deuda adquirida por el sobreesfuerzo de los días.
Algunos dejamos el cuerpo para el arrastre. Unos
más que otros. Pero ha merecido la pena compartir
estos grandísimos momentos con estas grandísimas
personas. Quince días de cachondeo, fiesta, deporte,
gastronomía, amistad y felicidad. Quince días convertidos
en Vikingos de verdad en tierras Vikingas que
para algo habíamos entrenado antes para esta aventura
en la fiesta Vikinga de Montañeros de Aragón.
RESEÑAS
Otras escuelas de los alrededores de Tyresö a las que, como en las nuestras,
también se puede acceder en coche son las del Lago de Flaten, Fjärilskippan,
Grändalsberget, Solberga, Brakmaren, Klövberget, Träskberget, Gritstone,
Dyviksudd Uddeuddberge. Por el momento la guía no está traducida, que nosotros
sepamos, al inglés por lo que un guía local evidentemente facilita la tarea
de manera importante. Aún con un dominio total del inglés el sueco resultará
incomprensible. Tal vez de ahí venga la expresión de hacerse el Sueco.
Un documento más que interesante
además de la topografía específica
de la zona del Archipiélago en la que
nos queramos adentrar con la piragua
es la interesante Guía de escalada de
Mikael Widerberg y Claes Jelinek. La
“Stockholmsföraren, Klättring y Stockholm”
con las reseñas de todas las
zonas de escalada del Archipiélago de
Estocolmo.