Quizás fue el hecho de que, algo extraño en la época, Josep Manuel salió muy joven a estudiar fuera, permaneciendo varios años en Inglaterra y Alemania, lo que le hizo ser la vanguardia del alpinismo en España en los años 50 y posteriores. Son muy conocidas sus aperturas en las grandes paredes de la península, especialmente en Aragón y Cataluña, pero muchas de las primeras españolas a los grandes problemas de los Alpes y Dolomitas son suyas. Pionero de las expediciones, participó en la consecución del primer sietemil y el primer ochomil del país, y nunca ha dejado de explorar el mundo. El otro día, Miguel Ángel Gallego nos contaba como solo un compromiso familiar había impedido que cogiera el avión y se presentara en las Svalbard para ver el Stetind, la montaña mágica descubierta por el murciano.
A sus 74 años sigue desarrollando constante actividad junto a su mujer Elisabeth Vergés, también pionera del alpinismo femenino en España. Rara vez perdonan un fin de semana en la montaña. Un espíritu óptimo para dos personas de intensa vida que han sido testigos privilegiados de la historia del alpinismo del siglo XX