Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
Parece algo irrebatible, como principio del entrenamiento que es, que para rendir al máximo de las posibilidades individuales en cualquier disciplina se tienda, de forma progresiva y a lo largo de la vida deportiva de cada cual, hacia la especialización más absoluta (principio de especialización progresiva), y una vertiente tan compleja como es esta suma de gestos que configuran en última instancia la escalada, hasta la “R” o el top de la vía o bloque que sea, no va a escapar a este hecho tan contrastado, ¿o sí?
… o focalizando mejor sobre los aspectos más sutiles de cada
disciplina, se pueden observar cómo existen elementos que hacen,
a la vez, que prácticas unilaterales en uno u otro sentido produzcan
finalmente rendimientos de alto nivel en una vertiente pero no en la
otra, y viceversa (y aquí está lo “sorprendente”), cómo hay casos que
muestran la máxima expresión de eficiencia en ambas direcciones,
esto es, hay “seres” capaces de blocar 8C con la “colcho” bajo el trasero
y 9a+ con la cuerda por abajo. Increíble ¿verdad?, pero… ¿qué
es lo que realmente distancia tanto a dos especialidades que están
basadas en algo tan similar como es la escalada en libre?
La principal diferencia la marca, de entrada, un elemento material,
la cuerda, ya que la escalada de vías (deportiva o clásica – no hablaremos
de los solos integrales –) se hace “con ella”, y el bloque no. En él,
se prescinde de este elemento de seguridad, utilizando en la mayoría
de los casos colchonetas de variado tamaño y número, en función del
“bolsillo” de cada cual, el número de colegas con que se escale y/o
la altura o peligrosidad de la potencial caída (al menos, esta última
relación causal sería lo recomendable); sin embargo, esto es sólo el
principio, pues en el análisis detallado de los ámbitos que inciden en
el rendimiento que serán comunes a las dos especialidades que se
analizan, se podrá apreciar cómo se parecen y al mismo tiempo se
diferencian en los elementos que, al final, son la esencia de cada una.
A continuación, se exponen en el Cuadro 1 las generalidades de
cada disciplina, intentando remarcar las principales diferencias entre
ambas. Evidentemente, nunca van a existir dos bloques o dos vías
iguales, lo que hace compleja la comparación de ambos conceptos
que implican, a su vez, una expresión corporal infinita sobre la roca y
unas manifestaciones gestuales casi idénticas, estando tan sólo separadas
por la idea inicial de la utilización o no de la cuerda en su
escalada. Aun así, se pretende remarcar en esta breve exposición las
mayores diferencias entre ambas disciplinas en los ámbitos que influyen
en el rendimiento alcanzable en ambas, dejando de lado polémicas
(como que si hay vías “a bloque”, que si escalar travesías es más
parecido – físicamente – a lo que requiere una vía que un bloque…, y
mucho menos se entrará en el “peliagudo” terreno de si una escalada,
por tener determinadas características, debe graduarse de uno u otro
modo…, el objetivo aquí es otro, el grado y demás discusiones quedan
para el ego y los foros). El lector especializado en la práctica de
ambas disciplinas ya es plenamente consciente de tales fenómenos,
esto es, que en escalada no todo es bloque o vía, crash-pad o cuerda,
sino que existe una amplia gama de “grises” intermedios, en los cuales
más adelante se profundizará para comprender todavía mejor las
transferencias o interferencias que permite una práctica sobre la otra.
- Principales diferencias en los 4 ámbitos que influyen
en el rendimiento de la escalada de bloques y vías
ÁMBITO | ELEMENTO | BLOQUE | VÍAS |
FÍSICO |
Número de movimientos |
Desde uno sólo (lanzamiento), hasta 10 o 12 o 14 como máximo (normalmente). |
A partir de 14 (en vías normalmente “a bloque” o de dificultad muy concentrada) hasta 100 incluso 200 movimientos. |
Tipo de movimientos |
Fácilmente se encuentran movimientos largos, de ejecución explosiva o todo lo contrario, muy estáticos, de moverse sobre pequeños agarres. |
Suelen ser más “homogéneos” que en los bloques y, sobre todo, no tan extremos. Quizás la palabra sea esa, extremo ó cercano al límite personal, lo que diferencie los movimientos de los bloques y las vías. |
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Tiempos de esfuerzo |
En cuanto al tiempo total de escalada, no suele superar el minuto de esfuerzo (a no ser que existan buenos reposos). Respecto a los tiempos de contacto, suelen ser algo mayores que en las vías, pues se necesita algo más de tiempo para poder ejecutar la fuerza necesaria en los agarres y para moverse sobre ellos (con movimientos de mayor precisión y dificultad). |
Desde 45” hasta ¿una hora o más? (en vías con buenos reposos…). Los tiempos de contacto, que dependen del ritmo, pueden ser más cortos que en los bloques, ya que no se suelen encontrar secuencias que obliguen a ejecutar movimientos con tantísima precisión sobre los pies y la postura corporal que impliquen una ejecución lenta obligada, evitando desequilibrios. |
|
Tiempos de recuperación |
En cuestión de segundos o como máximo 6 o 7 minutos, se puede afrontar de nuevo un esfuerzo máximo (dependiendo del esfuerzo anteriormente realizado). |
Dependerá de varios factores: el esfuerzo realizado (más variable que en el bloque), la propia capacidad de recuperación local a los esfuerzos, el trabajo anterior realizado… |
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TÉCNICO |
Ejecución: precisión, coordinación |
Todos los elementos a nivel técnico (precisión en los agarres y apoyos de pie, coordinación en los movimientos…) que inciden en la ejecución de un bloque, están elevados a la máxima expresión, permitiendo en pocas ocasiones correcciones del gesto o la postura sobre la marcha. Hay que ejecutar perfecto. |
La ejecución de los movimientos, apoyos, agarres, etc, en las vías no suele ser tan extrema como en los bloques, si bien puede haber situaciones que si requieran una ejecución muy precisa (o tipos de escalada basados precisamente en esto, el equilibrio y la coordinación perfecta), suelen permitir pequeños “fallos” y correcciones sobre la marcha. |
Bagaje - riqueza gestual |
La necesidad que plantea la escalada en bloque a este nivel no es tan alta (exceptuando el alto nivel obviamente que se precisa en las competiciones, para efectuar el menor número de intentos a cada bloque), dado que el poder probar muchas veces todos o casi todos los movimientos siempre, facilita la búsqueda de la solución perfecta a cada problema. |
En la escalada de vías, sin embargo, se requiere una alta capacidad cognitiva en forma de “base de movimientos” sobre los que apoyarse a la hora de acometer una vía, sobre todo si es a vista y con las chapas “alegres”, lo que dificulta el número de intentos posibles para hallar la secuencia correcta (o más acertada) a cada tramo de la vía. |
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Mosquetoneo |
No existe. La seguridad del escalador está en manos (nunca mejor dicho) de sus compañeros porteros y de la estratégica colocación de las colchonetas. No se pierde tiempo por tanto en asegurarse al chapar. Sólo se escala. |
Es una parte muy importante de la escalada que se debe llegar a automatizar, pues siempre es igual, aunque en distintas situaciones y posiciones corporales. Rompe el ritmo de escalada y es un elemento claro diferenciador de ambas disciplinas. |
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TÁCTICO | Visualización |
Fuera del ámbito de la competición es una ayuda que permitirá ahorrar pegues en los proyectos. Es importante su trabajo pero no llega al nivel ni a la complejidad que requiere su trabajo en las vías. |
Crucial elemento táctico, no sólo como elemento de seguridad (al “asegurar” los movimientos de entrada a la vía), sino como algo fundamental para imaginar por donde discurre el itinerario, bien desde el suelo o una vez que se está escalando, reinterpretando lo previamente observado y buscando así nuevas soluciones conforme se avanza. |
Decisión – anticipación – improvisación |
Exceptuando el caso de movimientos dinámicos o lanzamientos, en los que haya que “decidir” cuándo hacer el gesto apropiado, este elemento no tiene mucha relevancia en el bloque (quitando los intentos a vista). |
Factor de influencia capital en el rendimiento. La toma de decisiones que se hace al escalar una vía, y previamente a la acción, es clave para negociar con éxito la ascensión, de forma que se cuente con un plan previo de ataque, que permita ir anticipando las secuencias posteriores y, dado el caso, improvisar soluciones diferentes a las previstas por distintas circunstancias que pueden darse. |
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Memorización – Automatización |
Elemento clave para reducir el número de intentos a un problema dado. Contra antes se memoricen los movimientos (algo fácil, pues no son muchos) y se automaticen, con mayor velocidad y precisión se podrán ejecutar, maximizando las posibilidades de éxito. |
Nos sitúa en el terreno de las vías al ensayo. El correcto trabajo sobre la memorización de pies, manos, reposos, chapajes, etc… permitirá automatizar más rápido los movimientos de la vía y, a partir de allí, poder ejecutarlos de forma más rápida, sin pensar (a veces casi sin mirar…). |
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Ritmo |
Factor condicionado por la velocidad de acople de las manos sobre las presas o del tiempo que se tarde en hacerles la fuerza necesaria como para moverse sobre ellas. Suele ser menor que en las vías, por la dificultad intrínseca que suele conllevar cada agarre y los complejos y precisos movimientos que se requieren. |
Al igual que en los bloques, se debe buscar un desplazamiento lo más rápido posible, lo que posibilita tiempos de contacto más cortos y, por ende, menor fatiga local. Este elemento es más fácil de desarrollar en las vías, donde los pasos, de forma aislada, son menos duros que en los bloques, permitiendo una mayor rapidez de acople y movimiento sobre las presas, al alcanzar antes la fuerza necesaria para comenzar con ese proceso. |
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PSICOLÓGICO |
Caída o ansiedad por caer |
Pese a lo que pueda parecer, escalar “pequeños” tochos de piedra sin cuerda, algo que parece aleja del peligro por la minimización de la magnitud de lo que se lleva entre manos, es más peligroso objetivamente que escalar con cuerda (ya que siempre hay un impacto cuando se cae que lo para el propio cuerpo) y, curiosamente, el miedo a caer parece contrariamente que se reduce en muchos asiduos que “cuelgan” su cuerda. ¿Estará por tanto más relacionado su miedo con la altura o con otro tipo de cuestiones distintas a la propia caída? |
La mente del ser humano no está concebida como la del pájaro, para el vuelo “sin motor”, situación de la que intenta escapar con diversas estrategias (de afrontamiento y control – más eficaces –, o de huída y descontrol – lo limitante –). Acostumbrar a la mente al descontrol que supone caer, y hacer de este proceso algo controlado y, más aun, un recurso a disponibilidad del escalador que le permita acabar con situaciones que no tienen más solución, es un camino precioso de autodescubrimiento y crecimiento personal que, de no recorrer, limita en gran medida el rendimiento alcanzable. |
Comodidad – nº de pegues |
Probar cada movimiento del problema desde el suelo, o sin tener que hacer toda la secuencia anterior completa, es una gran ventaja que facilita el rendimiento en los bloques, sobre todo por el ahorro tanto energético como mental de tener que llegar de nuevo hasta allí (o destrepar o volar de nuevo) para probar cada secuencia… |
En este cuadro encontramos lo antagonista del adyacente; por tanto, sin más explicación, sólo resta añadir que lo que en un bloque podemos probar y ensayar en un día, en una vía tardaríamos 3, 4 o 5 día jornadas de trabajo para llegar al mismo punto de ensayo y automatización. Mentalmente, por tanto, es más duro esto último, ¿verdad? |
La consecuencia que se extrae del análisis anterior es que si se
quiere potenciar el rendimiento en la escalada con cuerda o sobre bloques,
se deberá priorizar en principio (luego se verá por qué no siempre)
la carga relativa referente a todos y cada uno de los componentes
que más se acerquen a la especialidad elegida. Por tanto, aunque ambas
disciplinas tienen como base la escalada libre, los elementos que
los diferencian hacen que los factores limitantes del rendimiento sean
distintos y, por ende, se deban entrenar de forma diferente.
La escalada en bloque se configura como una disciplina donde los
elementos que inciden sobre el ámbito físico adquieren gran relevancia,
sobre todo por cuanto afectan a los de orden técnico (desde la mera
y simple posibilidad de ejecución de los movimientos, hasta el ritmo
ó la velocidad conque se pueden llegan a ejecutar, por ejemplo); se
aprecia también como el tipo de esfuerzo que implica es muy concreto
y delimitado en el tiempo (exceptuando las travesías, más cercanas a
los requerimientos físicos que supone escalar una vía, por el tiempo de
ejecución total principalmente), y que los componentes tácticos tienen
un menor peso específico, pues el poder tocar las presas del bloque
con los pies todavía en el suelo (en todo o en parte del mismo), y el
probar los movimientos de forma analítica sin fatiga previa, minimizan la
importancia de elementos como la visualización, memorización ó anticipación,
en comparación con las vías; por último, en cuanto al componente
psicológico, parece que el elemento anterior atenúa la presión o
ansiedad que se puede encontrar en una vía donde no se pueden probar
los pasos cómodamente una y mil veces, sin contar conque el factor
de estar más cerca del suelo (aunque esto no ocurre cuando se escalan
bloques altos) “aligera” en muchos casos el “peso” que añade el miedo
a caer, pese a que casi siempre es más peligroso (objetivamente) un
bloque que una vía, pues si se cae, el impacto (mayor o atenuado por
crash-pads y compañeros) es seguro.
Resumiendo un poco lo anterior, son los componentes físico-técnicos
por tanto, los que tienen mayor importancia en el rendimiento en el
bloque, algo “peligroso” si no se sabe administrar convenientemente,
dado que un desarrollo de las cualidades físicas de las que depende
realmente el resultado final en este tipo de escalada, puede ocasionar
un “prototipo” de escalador que resuelva todo a base del elemento primordial,
la fuerza, limitándose a si mismo en gran medida en aquellos
bloques que no sean tan físicos.
Ya se ha comentado en otras ocasiones, desde que se iniciase
esta serie de artículos dedicados al entrenamiento de escalada, la
importancia de procurarse un desarrollo armónico en cuanto a todos
los factores que influyen en el rendimiento, sea la disciplina que sea
(vías, bloque..). En este sentido, enfocar el entrenamiento con una
orientación basada en la potenciación de las cualidades físicas determinantes
del rendimiento, sobre otra que incida más en elementos
de mejora técnica, tan sólo tendrá sentido cuando el nivel técnico del
escalador alcance cotas de desarrollo relativo, respecto a su máximo
alcanzable, muy elevadas (algo difícil de saber en muchas ocasiones,
pues depende de elementos tan variables como la edad de inicio de la
práctica, la edad actual, el entrenamiento anterior llevado a cabo…);
quizás un criterio más práctico para orientar el entrenamiento sea el
valorar, sobre uno o varios proyectos en el límite actual de un sujeto,
si se está fracasando por elementos puramente físicos o por, simplemente,
fallos técnicos o de interpretación de los movimientos del bloque.
Dicho lo anterior, se deberá focalizar u orientar el entrenamiento
para la mejora de los principales aspectos limitantes que, como siempre,
dependerán del criterio de quien evalúe la situación y al escalador,
ajustando la planificación, en cualquier caso, a las circunstancias
concretas del mismo (objetivos, tiempo real disponible, etc). Con todo,
el entrenamiento para la escalada en bloque debería tener en cuenta
el conjunto de características citadas en el Cuadro 2.
CUADRO 2
|
Recordemos aquel ejemplo expuesto al inicio del artículo sobre
aquellos “seres” capaces de blocar y encadenar lo más extremo en
dificultad del planeta. ¿Qué hacen o qué tienen además de cualidades
genéticas para ello?
La respuesta va un poco más allá de esa obviedad, y se adentra
en el análisis de los ámbitos que inciden en el rendimiento de las disciplinas
analizadas. Se ha podido observar a lo largo del artículo cuales
son los elementos, comunes a ambas, que inciden en el rendimiento
de una y otra. No son cosas distintas, pues en ambos casos se trata
de escalar en libre, pero a la vez hay una gran diferencia (a parte de la
que impone el material), y es la intensidad a la que se hace.
La intensidad del bloque es máxima, y en esto influye tanto el tipo
de movimientos que requiere, como las presas sobre las que se ejecuta,
rácanas en canto y de difícil dominio; pero las vías no exigen nunca
intensidades tan elevadas como las que se pueden encontrar en los
bloques. Sin embargo, hay que darse cuenta de algo fundamental, y
es que esos escaladores capaces de rendir al límite en ambas disciplinas
no lo hacen nunca en ambas a la vez, es decir, pueden estar
durante un periodo a un altísimo nivel en una especialidad y, al cabo
del tiempo, tras un periodo de adaptación consecuente con la magnitud
del problema que lleven entre manos, volver a rendir al máximo
en la otra.
¿Y cómo? Pues gracias a la potenciación de los elementos menos
necesarios en una especialidad pero si determinantes del rendimiento
en la otra.
El asiduo del bloque cuenta con una técnica muy trabajada y un
nivel físico adecuado a esfuerzos de alta intensidad y corta duración.
Estos elementos van a tener una transferencia muy positiva de cara a
la escalada en las vías, en las que deberá centrarse en potenciar tres
aspectos fundamentales:
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