Los Grupos de Rescate de la Guardia Civil (GREIM) tuvieron que realizar un rescate un tanto especial en los Mallos de Riglos: un saltador BASE se quedó enganchado a gran altura, colgando precariamente de su paracaídas.
Para Javi de la Fuente, José Miguel Franco y Carlos Miguel Martín ese miércoles era especial; se trataba de su primera visita a Riglos. Estaban escalando muy cerca, fueron testigos del accidente y dieron el aviso al GREIM. Y pudieron observar la profesionalidad de este cuerpo en directo.
Publicamos estas fotos que hemos recibido como homenaje a este grupo de rescate, de una eficacia impresionante, que a tantos montañeros ha ayudado y, en muchas ocasiones, salvado la vida. En ellas puede verse la tremenda dificultad de acceso, y los problemas con los que tuvieron que lidiar.
Al igual que los escaladores que avisaron al GREIM, que además hicieron las fotos y nos cuentan lo ocurrido, deseamos que el saltador esté ya plenamente recuperado y los golpes no le hayan dejado secuelas.
“Era nuestra primera vez en Riglos y decidimos ir al Mallo Frechin, por aquello de hacernos a la roca. Ya habíamos visto algún saltador en el parking, incluso hablamos con uno de ellos, muy majo, que nos dijo que los que subían por el Espolón del Adamelo iban a saltar, y otro chico lo haría desde la Visera. Recuerdo que pensé ¡qué suerte! Primer día en Riglos y poder ser testigo de algún salto”, afirma Carlos Miguel.
“A mitad de largo oigo que gritan ¡Voy! Miro hacia arriba, y a los pocos segundos...¡flush!, veo al saltador con el paracaídas desplegado. Pero segundos después el viento empuja al saltador hacia la pared, y empieza a gritar, hasta que chocó bastante fuerte contra la pared. Sale rebotado, parece que toma el control pero vuelve a chocarse. Se le enredan las cuerdas y pierde el control. Vemos como el paracaídas se desinfla, y la suerte hace acto de presencia, enganchándose en la pared. Los golpes han sido fuertes, al principio no dice nada, queda colgando, como en shock, y avisamos al 112.
Entonces empezó a pedir socorro, y le tranquilizamos diciendo que ya venían, que aguantara. Pronto nos llama la Guardia Civil para preguntarnos dónde estaba el saltador, y para saber si tiene algo roto. Se lo preguntamos y nos dice que algo tiene en el tobillo izquierdo.
Una vez que llega la guardia civil con el helicóptero empiezan a estudiar durante un buen rato como realizar el rescate. La cosa la verdad es que no estaba muy accesible. Alfinal rapelaron desde la cima del Mallo del Agua siguiendo las instrucciones de otro compañero en una ladera enfrente. Durante todo esto tuvimos un momento de susto porque el viento volvió hacer acto de presencia y el paracaídas empezó a hincharse tímidamente parándonos el corazón. Empezamos a apretar bien los puños para como fuera desinflarlo y menos mal que la cosa no pasó de ahí.
1 hora y media de trabajo les costó. Con el saltador ya asegurado, y tras haberle retirado el paracaídas, por fin el helicóptero pudo llevárselo con la grúa.
El Guardia aún tuvo que esperar un buen rato a que volvieran a por él.
Esperamos que esté ya recuperado de los golpes y se encuentre perfectamente.”