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SUMARIO:
Opinión:
Nieve en Julio, por Xavi Fané
Reportajes
A fondo
Técnica y práctica
EDITORIAL
50 años de modernidad
En este número de Cuadernos Técnicos hemos decidido rendir un pequeño homenaje a Rabadá y Navarro, con motivo de los 50 años de dos de sus grandes vÃas: el Espolón del Gallinero en Ordesa, y el Espolón del Firé en Riglos. Cuando se habla de la escalada de hace 50 años, del alpinismo de hace 50 años -en realidad cuando se habla de cualquier cosa que por aquel entonces aún estaba inventándose en un mundo tan cambiante como el actual- suele hacerse con cariño, con nostalgia, pero también con un cierto aire de superado. Reconocemos el mérito infinito de un corredor de maratón de la época, pero cualquier aficionado medio supera hoy sus tiempos; reconocemos el valor del pionero que se atrevió a meterse por las paredes con aquellos materiales y sin saber lo que se iba a encontrar, pero las graduaciones de hoy en dÃa de esas vÃas en muchos casos son grado medio, y se escalan por su aire clásico y por su compromiso en el equipamiento.
Sin embargo, en el mundo de la montaña, aquellos pioneros consiguieron llevar su audacia, su decisión y sus sueños a unos lÃmites fuera de época. Por todo el mundo hay repartidas vÃas con nombre propio que hoy por hoy no sólo se escalan por homenaje, sino que siguen siendo un reto de los que quitan la tranquilidad del sueño, llenos de compromiso, dificultad, lógica y navegación; una mezcla que a fecha de hoy impide a la mayorÃa de escaladores y alpinistas, con un grado superior al necesario, introducirse en estas vÃas. Dolomitas serÃa un buen ejemplo con un buen puñado de nombres y rutas legendarias pero de plena actualidad.
La escalada española también tuvo su vanguardia. Y si hubiera que seleccionar dos nombres que destacaron en ella, vendrÃan enseguida a la mente los de Rabadá y Navarro. Durante unos pocos años, hasta su trágico final en el pared del Eiger, revolucionaron la escalada del paÃs por su visión adelantada a la época de los lugares por donde una ruta podÃa transitar. La oeste del Naranjo, Riglos...algunos grandes retos que, de una forma u otra, se veÃan como pendientes para otras décadas, fueron resueltos uno detrás de otro gracias a su decisión, técnica, pero sobre todo gracias a su infinita capacidad para entender las paredes ¿Un ejemplo? El espolón del Firé en Riglos. A fecha de hoy, no son pocas las cordadas que croquis en mano se pierden en esta ruta que transita por las debilidades de la pared. Unas debilidades que se entienden una vez explicadas, como al que explican un truco de magia y entonces lo ve claro, pero que muchos seguimos sin entender cómo fueron capaces de encontrar Alberto y Ernesto. Su compromiso, dificultad mantenida y dificultad de navegación hacen que sea una vÃa de plena actualidad, moderna en su concepción, y a la que no todo el mundo se atreve a entrar.
Por eso, no queremos que este pequeño homenaje se vea con nostalgia. Porque resulta que en un mundo de grados infinitos, velocidades casi inadecuadas y lÃmites que ya no sabemos ni donde están, ni si les espera, las obras maestras de estos pioneros siguen manteniendo su importancia. Queda por ver si muchas de las obras actuales la mantendrán dentro de 50 años. Quizás la oeste del Naranjo y el espolón del Firé las sobrevivan.
Y ya sólo desearos que disfrutéis del verano y del comienzo del otoño. Parece que era ayer cuando el cuerpo despertaba tras los largos meses de nieve y frÃo con ganas de roca, calor, agua y sol. Y ya empezamos a notar esas ganas de que acorte el dÃa y llegue la nieve. Pero mientras tanto, que este verano en la montaña sea inolvidable para todas y todos. Quedan muchos dÃas de verano por aprovechar...