Comencemos haciendo un poco de memoria. La travesía Lhotse-Everest es uno de los grandes retos pendientes del alpinismo himaláyico. Pero no es algo desconocido para Simone Moro y Denis Urubko. En el año 2001 ambos intentaron ser los primeros en unir ambos picos, y estuvieron cerca. Por aquel entonces se pensaba que era imposible, porque suponía permanecer a gran altura durante 4-5 días. Cuando estaban a punto de quitar la razón a los agoreros, un rescate a más de ochomil metros se cruzó en su camino.
Partieron del campo II hasta los 8.100m, en donde se les echó la noche encima y decidieron vivaquear con su tienda de ataque. Se encontraban muy fuertes, su objetivo era alcanzar la cima del Lhotse al día siguiente y recorrer la arista norte (aún virgen) hasta el collado sur del Everest, en donde esperarían a la madrugada para partir hacia el techo del planeta. Pero recibieron la petición de socorro de un joven alpinista inglés, Tomas Moore, de 19 años, que se había accidentado cerca de donde se encontraban.
Salieron a rescatarle, y Simone cargó a sus espaldas con el muchacho un largo y duro trayecto hasta la tienda. Una vez allí, le cedió su propio saco, y pasó la noche sin protección a más de 8.000m. A la mañana siguiente ambos partieron hacia cumbre, pero el cansancio del rescate y las malas condiciones en las que tuvo que vivaquear obligaron a Simone a regresar.
Denis quería descender con él, pero Simone le obligó a continuar. Consiguió la cima del Lhotse. Abrió la arista norte, virgen hasta entonces. Alcanzó el collado sur del Everest con fuerzas; le quedaba la ascensión final al techo del mundo, por terreno conocido y equipado.
Mientras esperábamos noticias de la culminación de la primera travesía Lhotse-Everest de la historia recibimos un correo de Urubko desde el campo base que decía: “He renunciado. Somos un equipo. Sin Simone no me interesa terminar la travesía.”
Y como equipo vuelven a intentarlo. Aunque en esta ocasión el planteamiento varía. Simone Moro acude al Everest, sin oxígeno, guiando a un cliente y amigo. Denis Urubko no tiene permiso para el Everest, así que esperará el descenso de cima del italiano en el collado sur. Una vez allí, si Simone se siente con fuerzas, ambos continuarán por la arista norte, nunca recorrida en este sentido, hasta la cima del Lhotse, completando la primera travesía de la historia.
Pero es muy diferente realizar esta travesía finalizando en el Everest que comenzando por él. Tras coronar la cima del mundo sin oxígeno, tan cerca del límite, quizás pocas fuerzas queden para continuar hasta el Lhotse, algo que supone acumular más de 4 días por encima de 8.200m. Si al llegar el italiano al collado sur se ve forzado a descender debido a su estado, Urubko y Moro regresarán al campo base y descansarán unas jornadas antes de poner en marcha su plan B: abrir una nueva ruta en estilo alpino en la cara sur del Lhotse.
En estos momentos Simone Moro ya se encuentra aclimatando en Nepal. Reporta desde Gokyo. Buen tiempo en el trekking de aproximación. Su plan para hoy es cruzar el Chola Pass (5.350m, punto más alto que alcanzará antes de la montaña) y descender a dormir a Dingboche (4.410m). Debido a la posibilidad de tener que permanecer varios días a más de 8.000m, con cima del mundo incluida, a la normal aclimatación añadirá un par de noches durmiendo a 8.000m con descenso posterior al campo base, antes del ataque definitivo.
Fuente: www.simonemoro.com