Del running a las carreras por montaña. Diferencias y 15 consejos fundamentales para dar el paso
¿Eres corredor de asfalto?¿Has soñado con dar el salto a las carreras por montaña? Aquí te explicamos a qué te enfrentas y cómo hacerlo.
El Annapurna no es la montaña más adecuada para realizar repetidos intentos de cumbre. El motivo es claro: hay que ascender y descender el Gran Colouir, quizás uno de los lugares más peligrosos de las rutas normales a cualquier ochomil.
Las avalanchas y derrumbes de hielo que por él transitan son constantes. De hecho, en esta expedición, de las 3 veces que Alex Txikon y su equipo han subido y bajado, 2 han estado a punto de ser alcanzados. Solo tenéis que ver el vídeo para entender el riesgo que se asume, que se incrementa en invierno debido a estar la montaña pelada por los vientos. Aun en temporada, con riesgo menor, solo se sube dos veces: una para aclimatar y llevar material, y otra ya para intentar cima.
En invierno, siendo un equipo pequeño, han tenido que hacer 3 rotaciones, muy cargados en cada una de ellas. En la última, su idea era intentar la cumbre, pero se encontraron con la desagradable sorpresa de que un movimiento de seracs en la zona había engullido todo su material (2.000m de cuerda, estacas, tornillos de hielo, gas, 3 tiendas…). Así que debieron descender de nuevo.
Además de esta pérdida, Alex Txikon considera que han asumido demasiado riesgo ya: “Una cosa es que me coja a mi, pero no a mis compañeros. Esta vez he librado por partida doble (dos avalanchas casi nos hacen no seguir respirando más). El Annapurna nos ha dicho basta”.
Tras desarmar el campo base, han descendido a pie a Pokhara, en donde ya se encuentran, y en donde les quedan días de trabajo por delante. Toca revisar todo el material, arreglar tiendas, empaquetar, antes de abandonar definitivamente la zona y regresar a casa.
Grandes avalanchas en el Gran Couloir del Annapurna. Foto: Col. Alex Txikon
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