El escalador estadounidense Alex Honnold ha anunciado su última actividad. Cerca de casa, de kilómetro cero, lejos de su grado superior, pero muy dura, una verdadera prueba de resistencia, tenacidad y seguridad. Una especie de mezcla entre escalada y ultramaratón.
Esto incluye 14 vías clásicas, unos 130 largos, (algo más de 3.000m de los 7.000m verticales). Todas ellas, como era previsible, en libre integral sin cuerda, según comenta a Christopher Gorney. Tampoco empleó las cuerdas de ayuda situadas en los descensos, verdaderos destrepes en la mayoría de los casos.
Con estas cifras, no es de extrañar que Honnold haya decidido llamar a la actividad HURT (DUELE), aunque después explique que se trata de un acrónimo de Honnold’s Ultimate Red Rock Traverse. Pero, con todo, el estadounidense quiere que se sepa que estos números no hacen justicia a lo vivido: “el terreno es tan complicado y caótico que es verdaderamente difícil moverse por él”.
Según afirma Honnold, no fue sencilla la elección de la ruta y las escaladas: “si buscas hacer cuantas más cimas mejor, vas buscando los enlaces entre ellas, a la manera de una actividad de running. Pero si buscas hacer el mayor número de vías posible, lo más simple es escalar una, rapelar, escalar la siguiente, y así sucesivamente. Me llevó tiempo encontrar la manera; de hecho, entre ascensos y descensos, fueron 2 años de preparación”.
No durmió en las 32 horas. Su idea era encadenar de tirón, y así lo hizo. “Desde medianoche a las 5 de la mañana fue muy duro. Pero cuando el sol salió, me sentí mejor”. Aún así, el final fue muy duro también, ya que, además, casi al final del cañón, le esperaba Epinephrine, con sus 13 largos y 450 metros de V+.