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Jost Kobusch, al Everest invernal en solitario; hospitalizado por dengue en Nepal

21 de Octubre de 2022  |  Deja tu comentario
El alemán Jost Kobusch, a por tercer intento de 1ª invernal al Everest sin oxígeno, y además en solitario. De momento, aclimatando en los seismiles de Nepal, se contagia de dengue y se encuentra en tratamiento en Katmandú.
Jost Kobusch, abriendo huella en el Chulu Oeste. Foto: Jost Kobusch
Jost Kobusch, abriendo huella en el Chulu Oeste. Foto: Jost Kobusch
Un año más, el joven alemán Jost Kobusch se dispone a realizar un intento en solitario y prácticamente en completa autonomía al Everest invernal, con la intención de convertirse en la 1ª persona en alcanzar su cumbre sin oxígeno suplementario en la estación más fría del año.

Como en los 2 inviernos anteriores, Kobusch, con la llegada del otoño, viaja a Nepal, y se dedica a recorrer montañas en solitario, en algo que supera con creces a lo que se considera una aclimatación. Una dinámica, la de perderse en solitario, que le es especialmente querida.

En 2019, por ejemplo, estuvo 3 semanas en solitario, sin ningún tipo de contacto ni humano ni virtual con el exterior. Tres semanas que le situaron en la bendita rutina de los grandes nomadeos, cuando el hecho en sí del movimiento impregna la existencia y la dota de sentido. En ellas llegó a conseguir la primera ascensión al Amotsang, una montaña virgen de 6.396m.

Representativas fueron sus palabras al regresar: “Me fascina cómo al comienzo de una expedición sigo con muchas conexiones con el mundo. Echo de menos a las personas y las comodidades de mi vida cotidiana. Sigo sintiendo esperanzas, deseos y sueños de forma muy intensa. Después de un tiempo, todo se difumina más y más. Solo quedamos la montaña y yo. Todo es neutral, todo está en equilibrio, ajeno a las preguntas y respuestas del día a día. Es como limpiar mi alma, pulsar el reinicio”.

Cima en el Chulu Oeste y hospitalización por dengue

Las cosas comenzaron bien para él, a pesar de lo extraño del año y la meteorología, con un monzón intensísimo que no acaba de terminar.

Aunque tenía otros planes algo más complejos, el exceso de nieve le dirigió hacia el Chulu oeste, de 6.419m. “Hay una cantidad enorme de nieve en las montañas de Nepal. Con todas estas nevadas ha sido difícil ascender el Chulu Oeste. Tuve que abrir la huella a través de nieve profunda durante unos cuantos kilómetros hasta llegar a cumbre. Definitivamente, un desafío si vas solo. Pero eso hace la cima más dulce”.

Poco después empezó a sentirse mal. Se vio obligado a regresar a Katmandú, y allí, en las pruebas realizadas en el hospital, dio positivo por dengue. Un virus que, tras un monzón como el de este año, está alcanzando índices de epidemia en el país de los Himalayas. Hace poco, Mikel Inoriza, miembro de la expedición formada por Mikel Zabalza, Iker Madoz, Ekaitz Maiz y él mismo que intenta la virgen cima del Jannu Este, tuvo que ser evacuado de la montaña, también afectado por la enfermedad.

Así que, de momento, Jost Kobusch permanece ingresado, en espera que pasen las dos semanas que suele conllevar la curación. Después vendrá un periodo de convalecencia, en el que deberá recuperar las fuerzas en la montaña poco a poco.

Everest invernal en solitario

Va a ser su tercer intento. Es consciente de que las posibilidades de ascender el Everest en solitario, sin oxígeno suplementario, sin apoyo, y en invierno, son mínimas. Pero sigue ahí. Porque también es consciente de que, si va pillando experiencia y abriendo un poco de camino cada año, quizás al final llegue su oportunidad.

Es muy probable que vuelve a elegir la vía de la arista oeste y el corredor Hornbein. Es lógico, porque una sola persona es casi imposible que pueda gestionar el trabajo en la cascada de hielo del Khumbu. Pero este camino lateral tiene un serio problema: la dificultad de acceso al comienzo de la arista, en el Lho La.

El collado Lho La es un viejo paso comercial que separa Nepal y Tíbet que, si bien antiguamente permitía el paso de yaks, con el retroceso glacial se convirtió en una pared de roca que comporta una difícil escalada hasta los 6.000m. En 2019 ya afirmó que “escalar las secciones más duras en solitario ha sido un verdadero desafío”, al encontrar pasos muy técnicos, y por ello el pasado invierno fijó cuerda en los puntos más comprometidos de la muralla, tanto para poder volver a ascender a través de la pared como para asegurar un descenso rápido.

El resto de la ruta, fiel a su estilo, será en completo estilo alpino.

Suponemos que repetirá la logística del pasado año, cuando estuvo completamente solo en el Everest, al no haber más expediciones en el campo base. Montó una pequeña tienda a pie de pared, como campo base avanzado, y en las épocas de espera descendía a la aldea de Lobuche, a 3 horas de camino.

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