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Descubiertos en un glaciar unos esquís con fijaciones de 1.300 años de antigüedad

El retroceso glacial deja al descubierto unas tablas de esquí de época previkinga con fijación: 1.300 años de antigüedad.

El momento de la extración. Foto: Andreas Christoffer Nilsson, secretsoftheice.com.
El momento de la extración. Foto: Andreas Christoffer Nilsson, secretsoftheice.com.
Secrets of the Ice es una organización noruega que se dedica a la arqueología del hielo. El cambio climático y el retroceso glacial les ofrece la posibilidad de recuperar objetos que llevan siglos enterrados y que, en muchos casos, y debido a ello, se encuentran en un buen estado.

En 2014 encontraron una tabla de esquí con restos de fijación en el campo de hielo de Digervarden, de unos 1.300 años de antigüedad, pero su estado no era muy bueno. Decidieron seguir monitorizando la zona, con la esperanza de que apareciera la otra tabla del par, o cualquier otro objeto.

La tabla encontrada en Digervarden. Foto: Espen Finstad, secretsoftheice.com
La tabla encontrada en Digervarden. Foto: Espen Finstad, secretsoftheice.com
A finales de este mes de septiembre comprobaron por las imágenes de satélite que el hielo había menguado más que en los últimos años en Digervarden, y mandaron un arqueólogo a investigar. Las esperanzas se cumplieron, y se encontró con otra tabla que asomaba sobre la superficie del hielo. Un equipo fue en su ayuda, y tras arduos trabajos para conseguir sacarla sin dañarla se encontraron conque el estado de conservación de la misma es excepcional comparado con el resto de las (pocas) existentes de época protohistórica previkinga. Además de esta pareja, solo una tabla protohistórica con fijación ha sido encontrada, y en un estado tan malo que prácticamente impedía entender su conformación.

La nueva tabla se ha encontrado a tan solo 5 metros de la anterior tabla, y probablemente el hecho de que estuviera unos enterrada a mayor profundidad que su pareja haya contribuido a su excelente conservación.

Los esquís de la protohistoria escandinava

La nueva tabla mide 187 centímetros de largo y 17 centímetros de ancho. Una gran flotabilidad, desde luego, con unas medidas que hoy podrían englobarse en el freeride, aunque la anchura supera cualquier medida actual, probablemente porque en la época no se giraba manejando las tablas, sino ayudados por una larga pértiga con la que frenaban y elegían la dirección. No parece fácil pensar en realizar un giro con técnicas actuales con un esquí tan ancho.

Las tiras de cuero que conformaban la talonera de la fijación no aparecieron en el momento de extraer el esquí, pero se encontraron al lado sueltas. La tabla tiene diversos arreglos, lo que parece indicar tanto un uso intensivo como el valor de unos buenos esquís: en un lugar de abundante madera, si no se hubiera especializado el diseño de las mismas, ante una rotura se habría procedido a la construcción de unos nuevos como un simple tablón antes que a la reparación.

Tiras de cuero de la fijación trasera. Foto: Runar Hole, secretsoftheice.com.
Tiras de cuero de la fijación trasera. Foto: Runar Hole, secretsoftheice.com.
La parte delantera de la fijación consistía en unos aros de abedul en los que se introducía el pie. A pesar de estar incompletos, puede apreciarse como eran 3 el número de estos aros.
Reparación y fijación. Asoman las cintas de abedul de fijación. Espen Finstad, secretsoftheice.com
Reparación y fijación. Asoman las cintas de abedul de fijación. Espen Finstad, secretsoftheice.com
Falta una sección lateral de la parte trasera de la tabla, que probablemente aparecerá en el hielo en un futuro no lejano. El análisis de la quebradura permitirá saber si se rompió antes o después de quedar enterradas por la nieve y el hielo; en el primer caso, es indicio probable de accidente.

La cuestión de las pieles

En ninguna de estas dos tablas han podido encontrarse indicios de pieles en la suela. Ni restos de las mismas, ni orificios laterales para ajustarlas, aunque los arqueólogos piensan que también sería posible que hubieran sido pegadas con algún tipo de resina. También afirman que el hecho de que se haya encontrado un surco longitudinal en la suela indicaría que no estaría tapada por una piel. No es lo único que indicaría; se confirmaría, como decíamos, que la fabricación de tablas requería de una artesanía y un diseño que las hacía valiosas y alejaba del simple tablón.
El surco longitudinal. Foto: Andreas Christoffer Nilsson, secretsoftheice.com
El surco longitudinal. Foto: Andreas Christoffer Nilsson, secretsoftheice.com
El tema de la piel es importante porque, a la manera actual, la presencia o ausencia de las mismas es un indicativo de los posibles usos que se les dieran. Se hace difícil pensar que pudieran ascender con las mismas sin ellas.

Uso de los esquís

Parece evidente que los protohistóricos habitantes previkingos del norte empleaban las tablas para trasladarse, cazar, etc.

En el caso de estos esquís, en el campo de hielo de Digervarden han aparecido restos, tanto aparataje como antiguas construcciones, que indican caza de reno. Sin embargo, durante la búsqueda del esquí, los investigadores han encontrado algunos kairns (hitos) en la montaña de Digervarden. Piensan que puede tratarse de una antigua ruta de montaña; algo confirmado por el hallazgo de un trineo de carga del siglo XVIII en 2016.

Por ello, ambas posibilidades existen: que se emplearan para cazar, para transporte, o para las dos cosas.

¿Qué ocurrió hace 1.300 años?

De momento no se sabe nada más. Puede que la persona fuera alcanzada por una avalancha, que tuviera un accidente, puede que dejara las tablas por algún motivo y al volver a buscarlas rato después la nieve las hubiera enterrado, puede que las abandonara por alguna rotura. Aunque esto último no parece muy probable, siendo que los esquís tenían valor y se reparaban y que estas tablas muestran un agujero en la puntera que permitía su arrastre o sujeción.

Secrets of the Ice monitoriza los glaciares en busca de lo que el hielo en retroceso muestra, pero no excavan ni fuerzan la aparición. Por eso, es muy probable que en próximos años, si sigue el retroceso, afloren nuevos restos que no solo aclaren lo ocurrido, sino que completen una visión de la forma de vida -y de esquí- de estos humanos protohistóricos, anteriores a los vikingos.

En el caso de que se tratara de un accidente, o de una avalancha, también es probable que en un futuro aparezca el cuerpo de quien empleaba estas tablas a través de los hielos y las nieves del norte.

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