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Jonatan García: 51 tresmiles en Maladetas-Aneto, 67km, 6.129m D+, 34 horas

03 de Septiembre de 2021  |  Comentarios (1)
El vasco afincado en Benasque Jonatan García ha ascendido los 51 tresmiles de Maladetas-Aneto en 34 horas non-stop.
Jonatan García, travesía de los 51 tresmiles de Maladetas-Aneto. Foto: Jonatan García
Jonatan García, travesía de los 51 tresmiles de Maladetas-Aneto. Foto: Jonatan García

51 tresmiles, 67 kilómetros, 6.129m de desnivel positivo

Entre el 27 y el 28 de agosto, Jonatan García encadenó los 51 tresmiles que las últimas mediciones han considerado que existen en el macizo de Maladetas-Aneto. Partió del pueblo de Benasque y regresó al mismo.

Empleó su bicicleta para ir desde casa al refugio de pescadores de Ballibierna y para volver a casa desde él. El resto, con sus pies y manos. Fueron 34 horas, 67 kilómetros y, a pesar de los largos tramos de escalada en cresta, que permiten encadenar cumbres sin notable ascenso-descenso- 6.129m de desnivel positivo.

Crestas en el macizo. Foto: Jonatan García
Crestas en el macizo. Foto: Jonatan García
“Es un proyecto diferente al que hace poco hizo Unax Otegi. Su encadenamiento es más lógico desde el punto de vista alpinístico, porque es el que permite ascender y descender todas las cimas sin apenas volver sobre tus pasos, pero como esto son proyectos personales en los que cada uno busca ser lo más feliz posible, y no buscan batir ningún récord, yo lo he hecho empezando desde el pueblo. Es más largo y con más desnivel, pero es lo que me apetecía”, nos comenta Jonatan.

Jonatan reside en Benasque, y desde hace mucho tiene por costumbre salir a la montaña desde la puerta de casa, y regresar a ella al terminar. “Y la verdad es que de esta manera es como más lógica tenía para mi el proyecto, que yo llamaba “la vuelta al mundo”, y como más felicidad me aportaba. Una lógica emocional, la verdad, que también es lógica.”.

Al final de la noticia están colgadas las cimas por su orden y con los tiempos de paso.

Comenzando en Benasque: el problema de la Tuca de Mulleres

El problema de comenzar en Benasque es que exige recorrer dos veces el duro trayecto entre el collado de Salenques y la Tuca de Mulleres. Largo, descompuesto y en el que hay que orientarse muy bien, primero hay que ir desde el collado a la cumbre, y después volver.
Cresta de Salenques desde la Tuca de Mulleres
Cresta de Salenques desde la Tuca de Mulleres
“Es un punto clave. Psicológicamente hablando, es el punto más lógico para que la mente te exija darte la vuelta, y hay que tener sangre fría para no dejarte llevar por esa errónea decisión. Llegas allí, al comienzo de la cresta de Salenques, y tienes que desviarte, y mucho, para hacer otro tresmil, y volver por el mismo camino, cuando lo que te pide la mente es pillar la otra dirección”.

Por eso Jonatan opina que, desde un puesto de vista no emocional, lógico, es más coherente la travesía de Unax, comenzando en Llauset, que evita este problema y elimina más de 1.000 metros de desnivel positivo. Pero cada quien prioriza sus necesidades y querencias en sus proyectos.

De esta manera, la travesía de Jonatan comienza en la Tuca de Culebras, en donde finalizó la de Unax Otegi. De allí pasa a los Russell, llega al collado de Salenques, se desvía a Mulleres y vuelve, y de allí ya continúa con el recorrido "lógico".

Jonatan en la Tuca de Culebras, 1ª cima del recorrido. Foto: Jonatan García
Jonatan en la Tuca de Culebras, 1ª cima del recorrido. Foto: Jonatan García

Aguja SO del Abadías

Uno de los problemas de los tresmiles añadidos en los últimos estudios, concretamente en la lista de los "cazafantasmas", es la incorporación de la Aguja SO del Abadias, de 3.084m, que exige cambiar el material y la logística de toda la travesía, y cuya escalada Jonatan decidió asumir en su travesía.

“No solo hay que desviarse; es que la cima es un pináculo de unos 30 metros, con pasos de V y IV+, hay que apretar. Estuve varias veces estudiando el terreno, y a pesar de que con ese grado sí que podía subir sin cuerda bastante bien, no vi nada claro el destrepe y menos después de 24 horas de actividad dura, estando ya muy cansado. Así que tuve que cargar la cuerda, arnés, mosquetón, etc, durante las 34 horas para poder rapelar desde la cima. Lo que hice fue llevar un tramo de 8 metros de una cuerda de 8mm, y bajar con unos cuantos rápeles los 30 metros empleando el Escaper de Beal, para poder aprovechar los 8 metros al no tener que descender en doble.”

Además de la cuerda, arnés, mosquetón y Escaper, debido al hielo vivo que hay en estos momentos también tuvo que cargar con los crampones para usarlos muy poco. Al ir en autosuficiencia, y sin tomar o dejar depósitos, todo esto suma peso.

Esta cima no puede enlazarse en condiciones normales desde la cima principal del Pico Abadías. De hecho, Jonatan se desvió al volver por el otro lado del "círculo", y ascendió a la Aguja SO casi 8 horas después del Pico Abadías.

Los nuevos picos añadidos a la lista de tresmiles marcan la diferencia entre la travesía de Jonatan (51) y la de Unax (46). Algunos de los nuevos fueron de paso obligatorio para éste último, por lo que los coronó, y se deben a un cambio de consideración de la importancia de algunas cimas; otros, como la Aguja SO del Abadías, no.

Escalando de noche. El problema del cansancio

Para Jonatan, la clave del éxito de un intento así, en el momento de la realización, es seguir por la noche: “Si paras, abandonas. Tenía claro que por la noche había que seguir”.

Para ello, decidió cargar con 2 frontales, y así tener un gran haz luminoso. “Me conozco mucho el camino, y con luz a tope tiras. En una cresta no te puedes perder, y es verdad que las zonas de transición en todo el macizo son pestosas: hielo, roca suelta, grandes pedreras, y difícil orientación. Cualquier mala pisada es un accidente en ese terreno. Y son larguísimas. Pero como me las conozco muy bien, de noche fui mucho más lento para evitar un accidente o una pérdida en ellas y ya está. Porque si te pierdes en una de ellas, y aunque te las conozcas como la palma de la mano de noche te puede pasar, pueden ser horas solucionar la pérdida, porque son larguísimas”.

Y es que más que el tiempo que se adelanta por la noche, para Jonatan lo importante era no parar. “Estás reventado; si paras un buen rato, no sigues. Tuve que echarle mucha fuerza de voluntad para no descansar en la cumbre del Pico de Alba. Pero es que si paraba, caía redondo dormido, y me despertaba 3 horas después tiritando, helado, y con el cuerpo que no lo puedes mover. Y arrancar entonces, tanto física como mentalmente, cuesta mucho, y lo normal es que habría decidido dejarlo”.

Por supuesto, al final el cansancio se impone de forma tremenda. Podríamos pensar que, al llegar al Refugio de Pescadores y retomar la bici para descender al pueblo a través de la pista, ya estaba todo hecho, pero no: “Bajar con la bici desde el Refugio de Pescadores a Benasque fue durísimo. Me quedaba dormido, y el que conozca la pista se puede imaginar como bajaba mi cuerpo”.

Jonatan, de vuelta en Benasque. Foto: Jonatan García
Jonatan, de vuelta en Benasque. Foto: Jonatan García

Factores psicológicos

Tan importante como los factores físicos son los psicológicos para algo así.

"En cualquier momento la mente te puede fallar y obligar a que te retires. Para evitarlo, decidí no parar de noche, no llevar móvil para evitar contacto que pudiera hacerme flaquear, y no decir a nadie lo que iba a hacer. Así no me encontraba a nadie. Si lo hubiera dicho, y algún colega hubiera venido a verme, las posibilidades de haberme bajado con él o ella, cuando el cansancio aprieta, habrían sido altas".

Experiencia, técnica, forma física, conocimiento del terreno...

Para Jonatan, el secreto de algo así, que incluso a montañeros y escaladores muy experimentados les llevaría unos cuantos días con sus correspondientes vivacs, radica en estos puntos: experiencia, técnica, forma física, conocimiento del terreno y ligereza.
Terreno comprometido. Foto: Jonatan García
Terreno comprometido. Foto: Jonatan García
“Moverte por terreno comprometido durante tantas horas, sin prácticamente un descanso, poder escalar sin cuerda crestas largas de V grado como Salenques...esto lleva años. Algo así te lo puedes plantear con mucha experiencia y una vida dedicada a la montaña. Por supuesto, la técnica se sobreentiende”.

En mi caso, prácticamente a diario durante todo el año subo a tresmil metros, abro vías, escalo. No solo estoy muy entrenado, también me conozco la zona muy bien, y en el quinto grado alpino me manejo bien y con seguridad sin cuerda. Si pienso en la primera vez que escalé Salenques, y como la escalo ahora...cuanto más la escalo más me gusta, nos conocemos muy bien, pero siempre la respeto”.

Foto: Jonatan García
Foto: Jonatan García

...horario límite...

Jonatan se marcó un horario límite de 40 horas. En el momento en el que hubiera visto que, al ritmo que iba, las iba a superar, habría abandonado y descendido.

"Me marqué ese horario porque es significativo, y me habría indicado que no iba bien, o que no estaba preparado aún. Y eso significa más riesgo, mayor cuanto más tiempo estuviera. Me habría bajado y habría vuelto cuando estuviera preparado para la travesía"

...y ligereza.

Para él, y una vez con la experiencia, forma física y técnica necesaria para algo así, es muy importante la ligereza. Jonatan confiesa que, en estos momentos, sus mochilas pesan la mitad que hace pocos años, llevando prácticamente lo mismo.
Material empleado por Jonatan en su travesía. Foto: Jonatan García
Material empleado por Jonatan en su travesía. Foto: Jonatan García
“Te vas haciendo con tu material ultraligero, aprendes trucos, te buscas la vida. Pero es fundamental ir ligero. Si ves a los mejores que hacen tiradas largas por terreno alpino y complejo, como David Goettler o Kilian Jornet, van muy ligeros. Eso te cansa menos, pero sobre todo te permite ser más ágil y tener más seguridad”.

“Por ejemplo, piensa en la cresta de Salenques. Si la haces con la mochila de 14 litros no te atascas en los pasos, no te molesta, vas mucho más seguro. Pero si la mochila es de mayor volumen y añades peso, todo se multiplica. Vas más torpe, más impedido. Es una pequeña parte del recorrido de mi travesía, pero la inmensa mayoría de la gente la hace en 2 días, con vivac. Además de los temas técnicos y de forma física, es que si llevas más peso, vas más inseguro, y hay que asegurar casi todo. Entonces vas más lento, con lo cual tienes que echar saco, hornillo, etc. Y eso te hace cada vez ser más lento, y cuando más lento, más cosas tienes que llevar, porque estás más tiempo”.

Lo que Jonatan quiere dejar claro que esto no es para cualquiera: “Hay un trabajo tremendo detrás de algo así. No quiere decir que cualquiera tenga que ir ultraligero, cuando realmente no estás capacitado para superar muchos tramos sin asegurar, vas lento, etc. Cada quien tiene que buscar el límite de su ligereza: no tiene sentido no llevar cuerda por ahorrar peso si resulta que no estás capacitado para superar Salenques sin ella. O prescindir de los elementos de vivac si vas a tener que hacer uno sí o sí. Y en caso de riesgo, siempre el material. Ya he contado cómo cargué 34 horas con cuerda por un rápel, o los crampones para emplearlos prácticamente solo desde la cima del Aneto al collado de Coronas, unos minutos”.

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Comentarios

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1 comentario

1. Camallarga - 05 Sep 2021, 23:54
Pero como sois los Vascos! M'ha que tenéis mecha! Me da a mi que se os queda pequeño el entorno! Aupa Jonatan!

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