Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
Se analizan las imágenes de la cámara de John Snorri, rescatada esta semana tras ser encontrados su cuerpo y el de Ali Sadpara y Juan Pablo Mohr. Desgraciadamente, los archivos están corruptos.
Elia Saikaly, quien se encontraba acompañando a Ali Sadpara, anunció el hallazgo, que hizo pensar que, tras ser examinadas las imágenes, podrían aclarar las dudas sobre lo que les ocurrió, especialmente en lo referente a si alcanzaron la cumbre del K2 o no.
En realidad, se encontraron 4 objetos: el localizador Garmin, el teléfono satélite, un móvil y la GoPro 360. Es posible que posteriores análisis puedan extraer datos también de los otros aparatos, que, probablemente por falta de batería, habían dejado de funcionar horas antes, pero de momento la esperanza estaba puesta en las imágenes guardadas en la memoria de la cámara.
Ya de regreso al campo base, han estado intentando visionar las imágenes, encontrándose con que los archivos de vídeo están corruptos, y tan solo puede verse un fotograma, que además muestra una fecha incorrecta: 7 de febrero de 2019.
En este fotograma se puede ver una cuerda fija, casi con toda seguridad de la dejada para el resto de expedicionarios por el equipo nepalés que fechas antes había conseguido la primera cumbre invernal de la historia en el K2. El color es importante, ya que no todas las usadas eran del mismo, y por medio de Nirmal Purja están intentado determinar a qué zona corresponde.
Las dudas continúan y, en cuanto puedan, Elia Saikaly y Sajid Sadpara pondrán en manos de expertos informáticos los aparatos, con la esperanza de que, finalmente, pueda salvarse la información y descubrir lo acontecido el pasado mes de febrero en el K2.
El ucraniano afirmó que Sadpara y Snorri se encontraban con un ocho y un nudo deslizante en la cuerda, no sobre jumars, por lo que es muy probable que estuvieran descendiendo. Tampoco portaban botellas ni máscaras de oxígeno, así que es probable que se les terminara y se deshicieran del equipo.
Cuando se encontraron los cuerpos, Sajid Sadpara, el hijo de Ali, llegaba al campo 4. Hizo cima y, en el descenso, con un enorme esfuerzo, ayudado por el boliviano Hugo Ayaviri, quien además no empleaba oxígeno suplementario, colocó en lugar seguro los cuerpos, para que no estuvieran en la ruta principal, dejándolos bajo la nieve tras recoger los objetos personales para entregarlos a las familias. En el caso de su padre, y junto a Ayaviri, lo descendió a través del cuello de botella hasta cerca del campo 4, en donde lo cubrió con nieve y realizó una ceremonia religiosa.
Sajid Sadpara había prometido volver para intentar comprender que había ocurrido a su padre y a sus dos compañeros el invierno pasado en el K2, y para dar un entierro digno y despedir a su padre. Independientemente de lo que se decida, puede estar orgulloso de haber podido cumplir con estos dos últimos deseos. Quizás, en un futuro, pueda saberse también lo ocurrido. El misterio no está completamente resuelto, pero el joven Sajid puede dejar el K2 con la sensación de haber cumplido con su deber.
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