Del running a las carreras por montaña. Diferencias y 15 consejos fundamentales para dar el paso
¿Eres corredor de asfalto?¿Has soñado con dar el salto a las carreras por montaña? Aquí te explicamos a qué te enfrentas y cómo hacerlo.
Jeff Lowe in memoriam. Foto: Colección Jeff Lowe
Jeff Lowe y Tom Frost, dos de los alpinistas estadounidenses más influyentes de la historia, fallecieron el pasado día 24 de agosto por causas naturales; Tom Frost, de 81 años de edad, lo hacía debido a un cáncer, mientras que Lowe, de 67 años, por consecuencia de la rara y desconocida enfermedad que sufría desde hace 20 años, relacionada con el ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).
La vida de ambos se cruzó en numerosas ocasiones y expediciones, como al del 79 al Ama Dablam o en el 86 en el Kangtega.
Jeff Lowe ha sido uno de los padres del estilo alpino y el alpinismo moderno. Con solo 21 años empezó a despuntar al abrir la gran clásica “Moon Light Buttress” en Zion. Fue el pionero de la escalada en hielo moderno, y pronto llevó su estilo a las grandes montañas del Himalaya, con la 2ª escalada al Ama Dablam (además, en solitario), sus intento al Latok I (llegando a 150m de meta, con caída en descenso), o sus nuevas rutas en el Kwangde Ri, el Kangtega y el Taweche, que anticiparon el actual estilo alpino himaláyico de alta dificultad en montañas por debajo de los ochomil metros.
También fue pionero en lo referente al material, y fue fundador de la marca Lowe Alpine junto a su hermano George.
Pero de entre su gran historial destaca con luz propia Metanoia, su inolvidable escalada a la norte del Eiger. Tan solo tiene una repetición, en el invierno de 2016, por Roger Schaeli, Stephan Siegrist y Thomas Huber, quien al descender afirmó: “Jeff Lowe escaló en solitario, nunca había estado antes en la pared, sólo podía confiar en si mismo. Intenté imaginarme a mi mismo en su lugar después de cada paso difícil que dejaba atrás. Su lucha pasó delante de mis ojos como una película. Lo que Lowe realizó es realmente, una verdadera locura.”. Lowe consiguió, inexplicablemente, realizar la escalada sin colocar un solo bolt; Huber, Schaeli y Siegrist pusieron uno en toda la ruta y descenso.
1991 fue un año muy duro para Jeff Lowe en lo personal (“El amor por su hija era su única conexión con el mundo “normal”), afirma Huber. Cuando decidió acometer la empresa, pretendía crear un tributo a los pioneros del alpinismo extremo, que afrontaban las grandes murallas de los Alpes con un equipamiento y con unas técnicas primitivas, sin usar bolts. Lowe afirmó: “Así que también escalé sin bolts, esperando que Metanoia fuera un ejemplo de lo que puede realizarse sin su uso.”
9 días después alcanzaba la cima de la norte del Eiger, tras haber superado fuertes borrascas de nieve y un compromiso difícilmente asumible por ningún otro alpinista. La escalada le ayudó a superar su situación; por eso la llamó “Metanoia”, que en griego significa cambio de forma de ver, de opinión, retractándose y tomando un nuevo camino; es la palabra que los teólogos emplean para referirse a una transformación profunda de corazón y mente. “Metanoia me regaló con un profundo entendimiento de mi y de cómo funciona la vida. Como resultado, me convertí en alguien más compasivo y conectado a mi familia, amigos, la tribu escaladora, la humanidad, el planeta y el universo.”
Este espíritu fue el motor de su vida hasta el final, a pesar de permanecer en una silla de ruedas, debido a una enfermedad neuro-degenerativa que le detectaron hace 16 años.
Tom Frost fue uno de los pioneros del Big Wall en Yosemite, con grandes primeras ascensiones durante los años 50 y 60 del pasado siglo. Consiguió, tras 11 días de escalada, la primera escalada de Salathé Wall en 1961 -junto a Royal Robbins y Chuck Pratt-, la 2ª a The Nose, en 1960, o la 1ª a North America Wall, en 1964, junto Robbins, Pratt y Chouinard (que también fue la 1ª gran escalada en el valle desde abajo y en un solo intento).
Tom Frost, durante la 2ª ascensión a The Nose. Wikiepdia Commons
Posteriormente dio el salto fuera de California: en 1968 escaló por primera vez la Lotus Flower Tower, en las inescalables, Canadá. En 1970 participó en la expedición a la sur del Annapurna, y en 1970 y 1986 acompañó a Jeff Lowe en Ama Dablam y Kangtega.
Al igual que Jeff Lowe, y no pocos pioneros de la época, Frost también dejó su impronta en la evolución del material. Era ingeniero por Stanford, y en 1959, junto a Chouinard, inventó los RURPs, lo que permitió elevar el listón de la escalada artificial hasta límites insospechados. Después, también junto a Chouinard, vinieron los piolets de hoja invertida, y los crampones rígidos para hielo.
Tom Frost compaginó la escalada con la fotografía, y muchas de las fotos de sus compañeros de la época, fueron tomadas por él.
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