Del running a las carreras por montaña. Diferencias y 15 consejos fundamentales para dar el paso
¿Eres corredor de asfalto?¿Has soñado con dar el salto a las carreras por montaña? Aquí te explicamos a qué te enfrentas y cómo hacerlo.
Las cuerdas semiestáticas son esenciales en el mundo de la espeleología, el barranquismo y los trabajos verticales, pero son bastante desconocidas para quienes no realizan estas disciplinas ¿Para qué sirven? ¿Qué ventajas tienen sobre las dinámicas? ¿Qué peligros tiene usar unas en vez de otras? Te damos aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacéis sobre las cuerdas semiestáticas.
Las cuerdas juegan un papel crucial en la seguridad en el mundo de la escalada y el alpinismo. Son el medio de progresión que permite tanto escalar como descender de un modo seguro, pero conviene conocer las diferencias que existen entre todas ellas para asegurarnos de que estamos utilizando la adecuada para cada circunstancia.
Enseguida entraremos en los detalles de los tipos de cuerdas, pero antes de proseguir te aconsejamos que eches un vistazo al artículo que escribimos sobre las cuerdas para escalada y alpinismo y en el que explicamos al detalle las diferencias entre ellas. A modo de resumen podríamos decir que es posible encontrar cuerdas dinámicas (simples, dobles y gemelas) y semiestáticas (tipo A y tipo B). Existen más subtipos, pero mencionamos solo los que tienen homologación propia.
Entre los diversos tipos de cuerdas utilizadas en estas actividades, las cuerdas semiestáticas desempeñan un papel fundamental. En este artículo, exploraremos en detalle qué son las cuerdas semiestáticas, sus usos principales, las diferencias que existen con las cuerdas dinámicas y las diversas homologaciones que se les aplican.
Igualmente, te recomendamos que leas el artículo sobre cuidado y mantenimiento de cuerdas, donde descubrirás también curiosidades sobre las normativas.
La normativa que se aplica a las cuerdas semiestáticas es diferente a la que se aplica a las dinámicas. En cuerdas semiestáticas o de baja elongación han de cumplir la homologación de la norma EN-1891 y adicionalmente la de la UIAA-107. Dentro de la normativa EN-1891 las cuerdas se pueden clasificar como de tipo A, las más resistentes, y de tipo B, algo menos resistentes pero habitualmente más ligeras y manejables.
Algunas de las pruebas que tienen que superar en la homologación son:
Aunque las cuerdas semiestáticas y las cuerdas dinámicas comparten similitudes en su apariencia física, presentan diferencias significativas en su diseño y características de rendimiento. Las resumidas tienen que ver con la funcionalidad: las dinámicas se utilizan para detener caídas y las semiestáticas como medio fijado de progresión.
Algo más ampliado y centrado en sus características, podríamos decir que se presentan estas diferencias clave:
Vamos a tratar de aclarar conceptos clave antes de explicar la diferencia. En las actividades de montaña, las cuerdas pueden cumplir dos funciones:
Por un lado, frenar y absorber el impacto de una caída mientras los integrantes de la cordada avanzan conjuntamente con la cuerda. Es una situación habitual en escalada, alpinismo o travesía glaciar.
Por otro lado, se pueden utilizar como medio de progresión, ascendiendo o descendiendo por ellas mientras las cuerdas permanecen fijadas a uno o varios anclajes. Es lo que observamos en disciplinas como barranquismo, espeleología, trabajos verticales o parques de aventura, así como en pasamanos en lugares expuestos o en cuerdas fijas en himalayismo.
Las cuerdas semiestáticas, a veces denominadas simplemente cuerdas estáticas, son un tipo de cuerda diseñada específicamente para actividades donde la carga aplicada a la cuerda es principalmente estática o con movimientos no violentos, es decir, en suspensión pero sin grandes caídas.
A diferencia de las cuerdas dinámicas, que están diseñadas para absorber fuerzas de impacto en caso de una caída, las cuerdas semiestáticas están diseñadas para minimizar la elongación y proporcionar una mayor resistencia a la abrasión. El motivo de evitar la elongación típica de las cuerdas dinámicas es facilitar maniobras como el remonte de cuerda, la recuperación tras un rápel y, sobre todo, evitar que el “chicleo” cercene la cuerda en un roce repetitivo con una arista.
El uso deportivo de las cuerdas semiestáticas es mayoritario en actividades como barranquismo y espeleología, aunque su utilización se amplía en otros ámbitos incluidos los profesionales. Las cuerdas semiestáticas se utilizan en una variedad de actividades que requieren, como características comunes, una mayor resistencia y mínima elongación.
En estas actividades o disciplinas que vamos a mencionar, apenas se producen caídas sobre cuerda ya que la progresión se realiza por la cuerda una vez que ya está fijada. Aquí hay algunos usos comunes de las cuerdas semiestáticas:
Todas las cuerdas, por el material con el que se construyen y por el tipo de trenzado, tienen una mínima elongación. Existen cuerdas definidas como "cuerdas de muy baja elongación", pero su uso está tan restringido a actividades muy minoritarias como rescate, intervención, izado de cargas o montaje de instalaciones de tensión como tirolinas o puentes tibetanos, que no tienen salida en actividades deportivas. La ventaja que ofrecen sobre las semiestáticas es mínima y los problemas de seguridad por su nula capacidad de absorber nada de energía pueden ser muy graves.
Existen también cordinos realizados en Kevlar (aramida) que, aunque no cumplen la homologación de cuerdas de baja elongación, sí que se utilizan para maniobras complementarias como la recuperación de cuerdas en un rápel realizado en simple.
Sí, la cuerda Lluisa de 10’5 milímetros de la marca Korda’s cumple la doble homologación ¿Cómo puede ser esto? Sencillamente porque las pruebas que pasan en las homologaciones de semiestáticas son diferentes de las que se pasan en cuerdas dinámicas. De este modo, el ensayo de fuerza de choque durante las pruebas de homologación para cuerda semiestática se hacen con un factor 0’3 y 100 kilogramos, lo que arroja un valor de 440 daN, mientras que para cuerda dinámica se hacen con un factor 2 y 80 kilogramos, lo que da un resultado de 1165 daN.
Este valor de casi 12 kN de impacto en caída de factor 2 entra, por muy poco, dentro de los límites permitidos dentro de la normativa y es una frenada realmente brusca y probablemente dolorosísima, por lo que no es recomendable arriesgarse a maniobras que impliquen caídas de factor 2 cuando estemos siendo asegurados con esta cuerda. La cuerda Lluisa es, no obstante, una excelente opción como cuerda semiestática en la que eventualmente tengamos que hacer alguna maniobra de aseguramiento dinámico.
Definitivamente no. Para que una cuerda flote se ha de fabricar con un material que tenga una densidad menor que la del agua. Esto implica tener que recurrir al polipropileno, un material con una resistencia más baja y un punto de fusión menor que el de la poliamida, material habitual en las cuerdas para actividades de montaña.
Estas cuerdas se denominan como tipo C (cañones) y puede dar la apariencia de que continua la serie de homologación tipo A y tipo B, pero es importante insistir en que las cuerdas denominadas como semiestáticas de tipo C no cumplen con ningún tipo de homologación y tienen los peligros añadidos de resistencia y bajo punto de fusión que no deberíamos desdeñar.
Además, el hecho de que una cuerda flote en una recepción agitada puede provocar enredos que lleven a bloqueos peligrosísimos. Las técnicas actuales de descenso en barrancos (rápel en simple ajustado y desembragable) ya permiten maniobras seguras sin que la cuerda se vaya al fondo, por lo que no es necesario la utilización de cuerdas flotantes, que son más peligrosas y menos duraderas.
Las cuerdas encogen de longitud y engordan de grosor con el uso (hasta un 12%) y al mojarlas (hasta un 8%). Tradicionalmente se recomendaba mojarlas antes del primer uso para estabilizarlas para no llevarnos sorpresas en algún rápel en el que, en contra de la reseña, la lógica y las matemáticas, la cuerda se quedaba corta antes de llegar a la base.
Hoy esta recomendación sigue vigente, aunque lo ciertos es que muchos fabricantes ya incluyen algunos metros de más en sus rollos previendo ese encogimiento o las venden ya estabilizadas de fábrica para asegurarnos de que la medida que nos llevamos (y hemos pagado) se corresponda exactamente con la que vamos a poder usar. Es importante también que te cerciores de si la cuerda que compras está encogida de fábrica o no para conocer el valor real de lo que estás pagando. En todo caso, ve midiendo frecuentemente la longitud de tus cuerdas para no llevarte una sorpresa en el momento más inoportuno.
No existe una normativa al respecto. Hasta principios de siglo XXI podías afirmar que si tenías una cuerda blanca era semiestática y si era de colores era dinámica. El motivo de hacer cuerdas semiestáticas blancas era práctica: menor precio de la poliamida blanca, mejor localización en ambientes oscuros de barrancos y cuevas, mejor resistencia a la radiación ultravioleta en cuerdas fijas... pero hoy en día la diferenciación por color ya no es evidente.
Actualmente, no existe una manera clara de identificar a simple vista una cuerda como dinámica o como semiestática si el fabricante no lo marca en la propia cuerda, ya que solo buscando el núcleo de la cuerda (y no en todas las marcas) podemos encontrar la identificación de las cuerdas semiestáticas, para lo cual es necesario partir la cuerda. Sí que es cierto que la normativa UIAA-107 establece que el 80% de la superficie visible será de un único color, de modo que permite descartar como semiestáticas aquellas de colores variados. En las cuerdas de 32 husos, al menos 26 deberán ser del mismo color; en las de 40 husos, serán 32, etc.
Existen en la actualidad cuerdas semiestáticas de colores muy variados, pero por ahora no conocemos cuerdas dinámicas de color blanco. Esto no quiere decir que mañana vaya a salir una cuerda dinámica de color blanco, ya que no hay ninguna normativa que lo impida, por lo que no podemos afirmar que esto vaya a ser así siempre.
Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.
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