Aquellas personas que, además de por sus indudables capacidades térmicas, usan la fibra por su respeto al medio ambiente van a encontrar en el relleno Primaloft PURE un nuevo motivo para adorar este tipo de aislamiento: Fibras de poliéster recicladas y que no utilizan hornos industriales, evitando emitir las cantidades de CO2 que se producían hasta ahora.
Hemos hablado aquí varias veces sobre el funcionamiento de las segundas capas para proporcionarnos aislamiento térmico en condiciones de frío. El resumen sería que, tanto en pluma como en fibra, una chaqueta tendrá mejores condiciones para abrigar cuanto mayor sea su capacidad para hincharse y retener el calor generado por el cuerpo.
Actualmente, pese a los múltiples intentos por parte de las marcas por descubrir la fibra mágica tridimensional que iguale la capacidad de hinchado (el famoso fill power) de la pluma, todavía no se ha alcanzado esa soñada equiparación entre uno y otro material.
Pese a las certificaciones contra el maltrato animal que garantizan ciertos estándares como RDS (Responsible Down Standard) o Global TDS (Traceable Down Standard) y a los que la práctica totalidad de las marcas de montaña que puedes encontrar en Barrabes se acogen, el origen animal de la pluma y las reticencias que entre practicantes ecologistas pueden surgir por la utilización de gansos y patos hace que mucha gente se decante por la fibra a pesar de no alcanzar el poder aislante de la pluma de calidad.
El origen sintético de la fibra vendría entonces a evitar los problemas éticos por la utilización de material animal en la ropa rellena de plumón. Sin embargo, no todo es perfecto en cuanto a sostenibilidad si hablamos de la fabricación de relleno de fibra.
Existen dos problemas básicos:
A estos dos problemas referidos llevan desde hace muchos años enfrentándose las marcas fabricantes de fibras de poliéster para lograr un producto sostenible y sin cargas para el medio ambiente y Primaloft parece que por fin ha logrado dicha fibra.
Primaloft ya sacó al mercado hace unos años la fibra Primaloft Gold Eco. La revolución que supuso estaba basada en el gran porcentaje de fibras recicladas que la componían, con un 55% del total, logrando de este modo un aislamiento exactamente igual de eficiente que Primaloft Gold pero siendo más respetuoso con el medio ambiente.
El tamaño ultra fino de las fibras consigue varios efectos: crea mayores espacios de aire, permite una mayor compresibilidad y las fibras son tan finas que la tensión superficial del agua impide que penetre en el interior del tejido, aumentando así la hidorrepelencia natural del poliéster.
Por si fuera poco, la estructura de la fibra se mantiene intacta con el paso del tiempo, dándole una durabilidad inigualable. De este modo, el Primaloft Gold insulation Eco logra los estándares de calidez, compresibilidad, funcionamiento en húmedo y longevidad que le han dado fama.
Es la longevidad del poliéster es, como quizás ya habréis adivinado, uno de los mejores argumentos de sostenibilidad. Comprar una prenda de abrigo que dure indefinidamente en condiciones normales de uso garantiza menos gasto para la persona que invierte en esa prenda y logra de este modo una mayor rentabilidad en el tiempo con menos desembolso económico y menor uso de recursos naturales.
Decíamos del Primaloft Gold Insulation Eco que más de la mitad de sus fibras provenían de reciclado. Las botellas y envases de plástico PET (polyethylene terephthalate , tereftalato de polietileno) son su origen, logrando de este modo reducir los residuos y la utilización de materias primas fósiles como el petróleo.
Así pues, tenemos una prenda reciclada que consume menos materias fósiles pero ¿todo es sostenible en la fabricación de las fibras recicladas de poliéster? Pues, como hemos mencionado de pasada, no todo. En el proceso de crear el relleno que irá a nuestros abrigos hay un paso que necesita de mucho calor para su elaboración. La adhesión térmica fija las fibras entre sí para darles consistencia y se realiza mediante su paso durante bastante tiempo por un horno de altas temperaturas para consolidar su estructura.
Primaloft comienza a principios de los años 80 del siglo XX a fabricar por encargo del ejército de los Estados Unidos un material alternativo a la pluma para equipar a sus soldados. El encargo buscaba un sustituto del plumón con similar capacidad térmica, compresibilidad y peso pero que siguiera abrigando incluso en condiciones altas de humedad, principal talón de Aquiles del plumón.
A lo largo de los años, Primaloft ha conseguido productos cada vez más sostenibles a través de varios procedimientos certificados por organismos independientes; uno de los más importantes es la obtención del sello bluesign® que garantiza que los recursos se han obtenido de un modo eficiente, que ni los trabajadores ni el consumidor final han sido expuestos a productos químicos peligrosos y que en todos los procesos de confección la contaminación se ha reducido al mínimo posible.
En esa línea de productos altamente sostenibles, Primaloft dio un salto adelante en un doble sentido en la producción de sus fibras con una nueva creación: Primaloft P.U.R.E. consigue estar fabricada con un 100% de fibras recicladas y además el sistema de confección elimina la mitad de las emisiones de CO2.
El acrónimo PURE es en sí mismo una declaración de intenciones, Produced Using Reduced Emissions (producido utilizando emisiones reducidas), explicando en el mismo nombre del producto las principal característica de su fabricación. Dice el fabricante, y así parece confirmarse por el uso, que Primaloft PURE tiene las mismas características técnicas que Primaloft Gold Eco en cuanto a capacidad de hinchado, compresibilidad, poder térmico en seco y en húmedo y peso. Es decir, es igual que su antecesor pero se fabrica de modo diferente.
Las diferencias vienen dadas por el proceso de adhesión térmica que permite dar consistencia a la fibra uniendo sus filamentos entre sí. Tradicionalmente, y de ahí lo de “térmica”, esa adhesión se ha venido realizando en un lento y constante proceso que unía en un solo tejido todas las fibras entre sí. Y esto, lógicamente, precisa de la utilización de grandes hornos industriales y su consiguiente emisión de CO2 a la atmósfera.
Con la intención de minimizar la emisión de dióxido de carbono se investigó para crear una alternativa a esos procesos en los que los hornos eran necesarios. Se halló la solución con la utilización de aire en vez de calor. El desarrollo del proceso, evidentemente, permanece en secreto y solo conocemos el dato que acabamos de ofrecer, sin saber cómo se ha logrado sustituir el calor de los hornos por la acción del aire logrando el mismo efecto.
Primaloft pone cifras a esta mejora: la conversión de la producción de Primaloft® Gold insulation a la tecnología de fabricación P.U.R.E. ha dado como resultado una reducción de la emisión de dióxido de carbono del 48%, lo que equivale a 158 toneladas menos de este gas en la atmósfera. Este dato frío es CO2 que emite un coche en 706000 kilómetros o 17 vueltas y media a la tierra.
Por ahora, este nuevo producto no está distribuido masivamente. Ha sido la marca californiana Patagonia la que se hizo con la exclusiva para la colección de 2020 y siguientes de Nano Puff, conservando el aislamiento con Primaloft Gold insulation Eco en la colección de estas prendas que vienen de otras temporadas. La intención declarada de Patagonia es ir incorporando progresivamente en las siguientes colecciones el Primaloft P.U.R.E.
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