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Material para barranquismo. Equipación indispensable para descenso de barrancos

El barranquismo, con características y técnicas a caballo entre el senderismo, la escalada y la espeleología, es una actividad con su propia idiosincrasia. Un medio cambiante con equipamiento necesario muy específico. Te ayudamos a elegir el material indispensable para el descenso de barrancos.
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El descenso de barrancos. Actividad estética y lúdica, pero muy técnica.

El descenso de barrancos es una actividad que no ha dejado de estar de moda desde hace unas décadas. Actividad fácil y lúdica cuando se eligen los descensos adecuados, con muy poco material y con técnicas básicas se puede disfrutar de un deporte muy entretenido. Sin embargo, el barranquismo es una actividad que se desarrolla en un medio muy cambiante. Un lugar que, según la época del año o el régimen de lluvias, puede pasar de ir con un caudal nada problemático a llevar una gran carga de agua helada o en pocos días pasar de ser un descenso impracticable a sufrir un estiaje que lo mantiene totalmente seco. Con estas variables, como es fácil de imaginar, el material necesario para un medio así es muy dependiente de las condiciones que preveamos encontrar.

Además, desde fuera existe entre una cierta percepción de actividad fácil técnicamente ya que solo requiere saber rapelar. Desde dentro sabemos que esto solo es cierto en contados barrancos y en condiciones muy particulares de estiaje, siendo necesario conocer numerosas y variadas maniobras cuando el barranco se complica, así como saber interpretar los movimientos de agua y otros peligros inherentes al descenso.

Os recomendamos el artículo sobre consejos de seguridad en el barranquismo. Igualmente te recomendamos este vídeo sobre el rápel ajustado desembragable que publicamos hace un tiempo para descubrir o repasar una de las maniobras más comunes hoy en día en el barranquismo.

Hay barrancos que, en estiaje, literalmente apenas necesitan un mínimo material, si se hacen rápido y su nivel de dificultad -y nuestro nivel técnico- permiten el destrepe y que, sin embargo, en condiciones altas de caudal pueden exigir todo tipo de material para emprender el descenso con seguridad. Es importante informarse de las condiciones de cada descenso, tener el conocimiento y la experiencia para valorarlo adecuadamente y la técnica, el material y la forma física para no pasarlo mal en un deporte tan bello y divertido. Igualmente recomendamos humildad y saber renunciar al descenso o contratar guías para tener siempre seguridad en el barranco.

Pepe GuerreroRápel en simple ajustado y desembragable para caudal alto y recepciones agitadas. Foto Pepe Guerrero

Como decíamos, es difícil recomendar un material único para todo tipo de barrancos. El tipo de material y las características del mismo varían según el descenso a afrontar. Sin embargo, hay quorum entre el básico para esta actividad; los materiales imprescindibles para realizar descenso de barrancos son:

Además de este material básico hay alguno más que también se hace imprescindible (botiquín y manta térmica, navaja, silbato, alimentación e hidratación, así como material de equipamiento) y que explicaremos al final del artículo. Ahora desglosamos este listado punto por punto.

Vestimenta

En las primeras épocas de descenso de barrancos, hasta bien entrados los años 80 del siglo XX, los neoprenos eran un material relativamente exótico. Lo habitual era evitar el agua fría con prendas gruesas o con embarcaciones hinchables. Cuando el paso acuático era inevitable, el riesgo de hipotermia se disparaba.

Pronto llegaron los neoprenos de submarinismo que, aunque poco adaptados a esta actividad, permitían un confort térmico desconocido hasta entonces. Las limitaciones de estos neoprenos, poco cómodos para caminar y destrepar, además de poco o nada reforzados, se vencieron con la aparición de neoprenos específicos para el descenso de barrancos.

Neopreno

El neopreno, técnicamente polímero de cloropreno o policloropreno, es un material relativamente antiguo (va camino de cumplir el siglo desde su descubrimiento). Es flexible, resiste la torsión y no se degrada fácilmente con el sol, el calor, ni los agentes químicos.

La función que tiene en el barranquismo es la de permitir la entrada de una capa milimétrica de agua que el cuerpo calienta instantáneamente y que nos aísla siempre y cuando ese agua no se renueve por continuas entradas y salidas de agua nueva. Por ello, hay que elegir una talla ajustada, para que la renovación de agua sea la menor posible, pero que permita la movilidad para no agobiarnos.

Para que el neopreno cumpla su función, tendremos previsto que las cremalleras estén cerradas al entrar en las pozas y que no tengamos ningún agujero por el que escape o entre agua. La capucha no se suele utilizar y además nos impide totalmente la audición, pero es muy útil en condiciones de frío extremo.

Para lo que afecta a nuestros intereses, el neopreno es indispensable en condiciones acuáticas por dos razones principales:

  • Aislamiento térmico: Puede parecernos que con el buen tiempo asociado al descenso de barrancos siempre vamos a pasar calor. Pero el agua helada de un barranco durante horas puede provocarnos una situación grave de hipotermia que puede acabar con el peor resultado.
  • Protección: Proporcionan un acolchado excepcionalmente útil para los numerosos golpes que podemos recibir en espinillas, rodillas, hombros, etc. En caso de accidente, además, permite cierta inmovilización de la parte dañada que es muy necesaria para que la lesión no se agrave.

Además de ello, por su estructura y su construcción, el traje de neopreno favorece enormemente la flotabilidad, haciendo más sencillo mantenerse en una poza sin hacer pie o incluso avanzar dejándose llevar por la corriente.

Álex PuyóCombinación de peto y camiseta interior fina de neopreno. Fot Álex Puyó

Podemos encontrar dos tipos básicos de neoprenos: los de dos piezas (peto-pantalón y chaqueta) o los monopieza. Según la actividad y los gustos, nos decantaremos por uno o por otro:

  • Neopreno monopieza: habitualmente más cómodo y más ligero, es también algo menos aislante y menos versátil. Suele ser una opción adecuada para actividades rápidas.
  • Neopreno de dos piezas: la opción más habitual. Permite una gran versatilidad al poder utilizarse sin chaqueta en caso de barrancos poco acuáticos y poder cambiar solo una de las piezas cuando se ha deteriorado. En la zona del tronco suma el grosor del peto con el de la chaqueta, de modo que el aislamiento térmico en esa zona es excepcional.

Respecto al grosor, lo habitual en las frías aguas de montaña es utilizar neopreno de 5 milímetros de grosor, aunque también es habitual encontrar de 3 milímetros en caso de un uso en aguas no tan frías o en el caso de actividades rápidas. Ciertos modelos utilizan grosores más bajos en piernas y brazos para permitir movilidad en las maniobras habituales de destrepes, natación, marcha y rápel, además de contar con preformados para evitar la rigidez habitual de este material cuando está ceñido al cuerpo.

Ricardo BlancoBarranquismo invernal. No hay que escatimar con el grosor del neopreno. Foto Ricardo Blanco

A veces, se suele combinar el peto-pantalón con chaquetas de kayak si no nos vamos a sumergir pero queremos evitar el agua que salpica mientras rapelamos. También la utilización de chaquetas con grosores más delgados en descensos que lo permiten es una práctica que gana adeptos. Ambas opciones, chaqueta de kayak o chaqueta fina de neopreno es una alternativa muy cómoda con caudales exiguos o en caso de gente con tolerancia al agua fría. Del modo contrario, existe cierta tendencia últimamente a la utilización de trajes secos en condiciones de mucho frío.

Ropa interior

El neopreno ejerce una labor aislante muy beneficiosa para nuestra actividad, pero al vestirse tan ceñido no es extraño que nos provoque rozaduras. Si nos ponemos ropa holgada debajo del neopreno, la lesión en la piel está asegurada al formarse arrugas con la humedad y la presión.

Es por eso que se hace indispensable llevar ropa específica. Mallas o bañadores ajustados debajo del pantalón y camisetas interiores adaptadas al barranquismo son esenciales para no sufrir en descensos largos. Además, colocar una prenda intermedia fina entre nuestra piel y el neopreno, permite lavar esa prenda y no el neopreno, lo que por su volumen suele ser un incordio.

Escarpines y guantes

Los escarpines son fundamentales ya que, por poca agua que lleve un barranco, raro será que no tengamos sumergidos los pies. Si hablamos de los problemas del frío en las aguas heladas de un barranco, entenderemos que uno de los puntos mas sensibles son los pies y, por ello, exigen especial protección.

Al igual que el neopreno, solemos encontrar de 5 o de 3 milímetros. Unos escarpines de 5 milímetros son más aislantes, aunque restan sensibilidad. Debido a su falta total de transpirabilidad, no es recomendable realizar largas aproximaciones con los escarpines puestos debido a los problemas que puede ocasionar la permanente sudoración y el intenso calor.

Seland escarpines Neo 3

Seland escarpines Neo 3

Los guantes son especialmente útiles en lugares de aguas frías, y nos ayudan a no tener las manos "dormidas" en las zonas de maniobras técnicas. No olvidemos que las manos van a estar horas mojadas. Dan mucha seguridad en los rápeles.

Calzado

Parece absurdo tener que recordar que en un río, barranco o torrente, la humedad, el fondo pulido por la erosión y la existencia de barro, musgo o algas provocan más de un resbalón. Sin embargo, el calzado específico para descenso de barrancos es una de las piezas del equipamiento que más se suele descuidar. No es raro encontrar personas afrontando un descenso con viejas zapatillas ya casi sin suela o con modelos de primer precio nada adaptados a este tipo de suelo.

Por ello, no podemos dejar de recomendar el calzado específico para barrancos. Es el único que, verdaderamente, nos agarra en todo momento a las muy diversas condiciones de roca lavada y mojada, letal combinación para el agarre. No pocos de los accidentes en barrancos se producen por patinazos.

Bestard Canyon Guide, botas para barrancos

Bestard Canyon Guide, botas para barrancos

Pero no solo la suela y el agarre que proporciona es importante en un descenso; toda la bota está preparada para protegernos y que nuestros pies aguanten las difíciles condiciones del sistema acuático y rocoso. Tiene la difícil misión de proteger el tobillo y, a la vez, permitir algo tan antagónico como la movilidad para realizar los destrepes con seguridad. Es difícil creer que existen modelos así, pero los modelos específicos para esta actividad lo permiten en buena parte.

Álex PuyóAcceso por terreno inclinado y con caudal. Prever adherencia y sujeción. Foto Álex Puyó

Respecto al ajuste, tenemos de varios tipos: consideramos básico que tengan la posibilidad de proteger la lazada de los cordones con algún tipo de bolsillo o solapa que impida enganchones en el momento más inoportuno o que, en el peor de los casos, provoque un desatado indeseado de la bota y veamos como se la lleva la corriente.

En el caso de no disponer de este calzado se recomienda que, el que se vaya a emplear, al menos tenga un agarre muy contrastado sobre todo tipo de superficies.

Mochilas y bidones estancos

Pocos elementos de la equipación de montaña sufren tanto como la mochila de un o una barranquista. Golpes, roces, lanzamientos de varios metros al vacío. Por un lado, la mochila nos ayuda a portear el material pero por otro es un peligroso elemento que nos puede poner en un apuro en caso de saltos, rebufos, sifones...

No vale cualquier mochila para hacer barrancos. La mochila tiene que ser resistente y específica para esta actividad, siendo su principal exigencia el drenaje (perforaciones de agua) que evacue el agua al salir de las pozas y que esté fabricada con material no absorbente. Es cierto que también se pueden utilizar mochilas estancas en actividades más suaves como senderismo fluvial, pero por ahora el resultado de estas mochilas en resistencia y estanqueidad en los saltos deja bastante que desear.

Pedro D. BarónUn drenaje rápido de la mochila es esencial. Foto Pedro D. Barón

También es fundamental que, sobre todo en los laterales, no tenga correas exteriores y sea lisa para evitar enganchones. Una mochila normal de senderismo con cintas y enganches, además de los problemas evidentes que nos dará al no estar preparada para el agua, nos puede meter en un apuro en caso de caudales excesivos. Así mismo, es importante que los tirantes de la mochila puedan liberarse de un modo rápido en caso de tener que hacerlo si nos vemos atrapados en un movimiento peligroso de agua.

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Consusa V2 de Rodcle. Una de las mochilas de barrancos más vendidas.

La misión fundamental de un bidón estanco es garantizar que no se nos moje el material personal (móvil, llaves, documentación, etc) pero tiene otra igual de importante: facilita la flotabilidad de la mochila en la que está introducido. Si lo que transportamos dentro es frágil, deberemos protegerlo de los golpes durante el descenso de alguna manera como envolviéndolo en ropa o con algún tipo de almohadillado.

El volumen habitual suele ser el bidón estanco de 6 litros si vamos a meter algo de ropa o alguna toalla de microfibra, pero lo cierto es que para verano con un bidón estanco de 3 litros y medio solemos tener espacio suficiente para botiquín, llaves, móvil, documentación y algo de comida. En caso de tener que llevar otro tipo de material más voluminoso como taladros eléctricos tendremos que optar por bidones estancos de 15 litros o incluso capacidades superiores.

Arnés de barrancos

No parece que haya un elemento de la equipación de montaña que se rija bajo una sola norma en el que exista mayor diversidad que los arneses. Sobre su variedad y sus características ya te hablamos en este artículo que te invitamos a releer

No deja de ser curioso que las normativas UIAA 105 y EN 12277:2015 no diferencien entre los requerimientos necesarios para arneses de usos tan diversos como la escalada, el barranquismo, la espeleología o el esquí de travesía, aunque afortunadamente para nuestros intereses de seguridad, la normativa es exigente en cuanto a resistencia pero muy abierta en cuanto a diseño.

Así pues, los arneses de barrancos, en los que salvo en una maniobra de escape o en un montaje de pasamanos no vamos a estar expuestos a fuertes caídas, cumplen los mismos requerimientos de resistencia que un arnés de escalada deportiva en la que los "vuelos" son constantes.

Aún así, por varios motivos buscaremos un arnés específico para barranquismo:

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Canyon Guide de Petzl. Arnés para barrancos
  • Tienen un punto de anclaje elevado y reforzado, lo que nos permitirá permanecer verticales en suspensión. Esto es importante sobre todo bajo cascadas, donde la fuerza del agua puede darnos un peligroso revolcón.
  • Disponen de cintura y perneras amplias para tener un buen apoyo durante la frecuente maniobra de rápel.
  • Cuentan con material poco almohadillado por dos razones: no es necesario cuando se utiliza con neopreno y de este modo se evita que absorba agua y pese más.
  • Vienen fuertemente reforzados contra los innumerables roces que vamos a sufrir. Son fundamentales los de culera, siendo en la mayoría de ocasiones desmontables.

Casco

Si en alguna actividad es obvia la necesidad de la utilización del casco es, junto con la espeleología, el barranquismo. No solo es importante por lo que nos pueda caer de arriba arrastrado por la corriente, sino también por lo habitual que resulta tener patinazos o tropezones en un medio con el suelo tan irregular y resbaladizo como es el cauce de un río.

Sobre la importancia del casco, cómo elegirlo y las diferencias entre los modelos, puedes leer el artículo de cascos de escalada y alpinismo que escribimos para ti.

La normativa de los cascos de escalada y alpinismo, la CE EN-12492, es exigente en lo que a golpes en la parte cenital del casco se refiere. Sin embargo, desde aquí te recomendamos que el casco que elijas para barranquismo esté bien protegido en todo el entorno de la cabeza. El motivo es precisamente las habituales caídas que se pueden dar y la posibilidad de caer de cabeza contra el suelo. Sobre los cascos con protección envolvente también escribimos un artículo que también te puede interesar leer.

Ya no es tan habitual de ver como hace unos años, pero tenemos que seguir insistiendo en que los cascos de otras disciplinas como ciclismo o aguas bravas no están aconsejados para el descenso de barrancos, donde se valora la protección contra golpes, contra la caída de objetos y la ligereza.

Cuerdas semiestáticas

Cómo elegir cuerdas semiestáticas para barrancos o espeleología.

Aunque las cuerdas dinámicas pueden ser útiles en el caso de asegurar el montaje de pasamanos o el escape de un barranco, así como para ser utilizadas como cuerdas de emergencia, es importante especificar que el uso de cuerdas dinámicas para rapelar en barrancos está totalmente desaconsejado. La existencia de filos cortantes y el chicleo inevitable de las dinámicas junto con los habituales cambios de posición para evitar el impacto de las cascadas, hacen que las viejas cuerdas de escalada, mojadas y deshilachadas, que a veces se observan en los barrancos sean casi un seguro de accidente.

Álex PuyóRápel en doble con cuerda semiestática tipo B. Foto Álex Puyó

Elegiremos siempre cuerdas semiestáticas para el descenso de barrancos. En los últimos años la medida mas usual es de 9mm aunque hay un amplio rango de uso entre 9 y 10 milímetros; por encima de 10mm prácticamente ya no se emplean salvo barranquistas que buscan un extra de frenado, por seguridad en caso de roces inevitables o por comodidad en gente de peso alto.

Hay quien piensa que, tanto en barrancos como en espeleología, se deben usar cuerdas estáticas. No es correcto; esta creencia proviene del error de llamar cuerdas estáticas a las semiestáticas. Las cuerdas puramente estáticas apenas tienen uso, y este se limita a situaciones muy concretas como rescates, elevación de carga o montaje de tirolinas, puentes tibetanos u otras maniobras en las que se someta a la cuerda a gran tensión. Pero la mayoría de la gente llama estática a la cuerda que no es dinámica, en realidad a lo que se refiere es a la cuerda semiestática.

La longitud de la cuerda es imposible de precisar en este artículo, ya que depende del tipo de barranco que se va a realizar. Obviamente siempre hay que llevar dos cuerdas que tengan al menos la longitud del mayor rápel que vamos a encontrar. Existen maniobras y recursos que permiten "trampear" esta última afirmación, pero en terminos generales va a ser así siempre.

Podemos afirmar que teniendo dos cuerdas de 50 metros van a ser poquísimos los barrancos a los que no te vas a poder enfrentar, aunque lógicamente siempre hay excepciones. Para evitar tener que recoger permanentemente en cada rápel toda la cuerda suele ser una buena idea utilizar una bolsa para cuerda como la Sera de Rodcle que nos permite ir sacando solo la cuerda necesaria y, entre otras ventajas como la de evitar nudos, nos ayuda a recoger solo la cantidad de cuerda utilizada en el rápel.

David TresacoRápel en simple con cuerda ensacada. Foto David Tresaco

Debido al desgaste que sufren las cuerdas de barrancos, también es posible que te interese el artículo sobre lavado y mantenimiento de cuerdas en el que te explicamos cómo realizar el cuidado de este elemento y qué buenas prácticas llevar a cabo para que duren más.

Sistema para anclado y descenso

Al llegar a la instalación de rápel la primera acción es siempre el anclado y la última el desanclado. Mientras estamos preparando la maniobra nunca debemos de estar sueltos y el incumplimiento de esta norma básica es una causa de múltiples accidentes.

Cabo doble de anclaje

La reciente normativa UIAA-109 ha puesto orden a las exigencias para considerar como seguro un cabo de anclaje. Revisa si tu cabo de anclaje cumple esta normativa ya que la existencia de elementos de amarre para actividades como industria o parques de aventura, así como los anillos de cinta o incluso los disipadores para vía ferrata pueden dar lugar a confusión a la hora de buscar un cabo de anclaje en barrancos. Para que no te líes, te explicamos en este artículo sobre los cabos de anclaje en qué consiste la norma y en qué te tienes que fijar para elegir bien.

Hasta la aparición de los cabos de anclaje homologados UIAA-109, lo habitual era utilizar elementos de amarre de construcción casera. Los más seguros eran elaborados con dos metros de cuerda dinámica de 9mm y una placa Slyde. Nuestra recomendación es que utilices un cabo de anclaje homologado para evitar sustos y que no te veas abandonado por la aseguradora en caso de accidente, ya que rechazará cualquier tipo de indemnización al no utilizar elementos homologados. No olvides que los cabos de anclaje son un elemento básico en el arnés de cualquier montañero, pero especialmente de un barranquista, donde resbalar en la cabecera de un rápel no es una alternativa.

Álex PuyóUtilización de cabos de anclaje en pasamanos e instalación colgada. Foto Álex Puyó

Elegiremos cabo doble de anclaje dado lo habitual que es encontrar pasamanos de acceso a las instalaciones. De este modo podremos pasar siempre en condiciones de seguridad los puntos intermedios o anclarnos con un cabo a la instalación sin tener que desanclarnos antes del pasamanos. Es muy recomendable que uno de los cabos de anclaje sea regulable para poder elegir la distancia más cómoda a la instalación mientras realizamos las diferentes maniobras.

Descensores

El descensor tipo ocho es el que mejor resultado da en los barrancos por sus prestaciones, facilidad de uso y, por qué no decirlo, por su precio económico. La rapidez a la hora de colocar la cuerda y, como principal ventaja, la posibilidad de pasar la cuerda sin sacar el descensor del mosquetón hace del ocho el descensor por antonomasia de los barrancos.

Sin embargo, la especificidad de descensores pensados únicamente para barranquismo con diseños que permiten varias posiciones de frenado según peso, diámetro de cuerda, técnica empleada, velocidad deseada y otros parámetros, hace que cada vez el barranquista técnico se decida por modelos específicos de descensor para esta actividad.

A pesar de ello, un ocho de repuesto nunca está de más y para maniobras alternativas como el rápel desembragable o el "ocho a la italiana" debe ser material obligatorio en el arnés de todo barranquista.

Kong Oka, descensor para barrancos

Kong Oka, descensor para barrancos

Mosquetones de seguridad

Los mosquetones de seguridad en barrancos serán siempre de rosca, por suponer menor peligro de bloqueo en caso de entrar suciedad en el sistema de seguro o tener limitada la movilidad de los dedos por frío o por otro motivo.

Normalmente se utiliza un mosquetón HMS para el descensor y dos más para el cabo doble de anclaje, aunque dependiendo de las maniobras que preveamos realizar y la cantidad de material que llevemos, la cantidad de mosquetones puede llegar a ser muy grande. 

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CAMP Atom Lock, mosquetón HMS con bloqueo de rosca

Seguro que hay dos temas que te interesan sobre este asunto: por un lado, el artículo sobre todos los tipos de mosquetones y cómo elegirlos y por otro lado el artículo sobre cuidado y mantenimiento de todo el material metálico móvil de montaña para conseguir que tus mosquetones duren más tiempo y en mejores condiciones.

Otros elementos indispensables

Hasta ahora hemos enumerado y descrito someramente la equipación básica para barranquismo. Con lo nombrado, se podría hacer cualquier barranco en cualquier condición... siempre y cuando no nos encontremos con problemas como bloqueos de cuerda, instalaciones inutilizadas o tener que comunicar un peligro al compañero.

Botiquín y manta térmica

Un pequeño botiquín en el bidón estanco apenas pesa y no lo vas a notar, de hecho no tienes ni que sacarlo más que para ir comprobando que los medicamentos que has ido metiendo ahí no han caducado. Con incluir lo básico para curar heridas o golpes suele ser suficiente, así como para prever un posible malestar o alguna reacción alérgica.

También es esencial, no solo en barranquismo sino en cualquier actividad de montaña, una manta térmica para proteger del frío (o del calor si es fuera del barranco) a quien se encuentre inmovilizado por lesión o incapacidad. Hay quien, incluso, añade a la manta térmica cinta americana para crear un espacio totalmente cerrado y crear un punto de calor simplemente encendiendo una vela.

Navaja

Una navaja a mano puede salvarnos de un susto en caso de bloqueo de las cuerdas por recepción agitada o cualquier otro motivo. Sirve además para sustituir rápidamente una instalación de cuerda o cinta.

Por su peligrosidad deben de ir siempre cerrada en un lugar accesible y ser mosquetoneable para poder llevarla colgada del arnés.

Silbato

La comunicación de viva voz entre dos personas separadas por una cascada es imposible. El ruido del agua en caída libre amplificado por la estrechez de un barranco o una garganta impide oír hasta nuestros propios pensamientos.

En caso de necesitar decir algo a un compañero es necesario disponer de un código gestual, de unos radiotransmisores o, en el colmo de la sencillez, un silbato con un código aprendido por los integrantes del grupo de descenso. Un silbato con una pequeña pestaña o solapa para poder llevarlo enganchado en el casco o en otro lado es una herramienta económica y tremendamente útil.

El código de pitidos (uno:stop, dos:li-bre, tres:a-lar-gar) suele ser el más habitual y reconocido, aunque existen variantes sobre este código que conviene aclarar antes de iniciar el descenso.

Alimentación e hidratación

A veces, las largas aproximaciones o retornos, junto con horarios en el barranco que se dilatan mucho más allá de lo previsto por caudales mayores, esperas por masificación en las cabeceras o cualquier otro imponderable hacen que nos quedemos sin agua o que empecemos a sentir hambre si no hemos previsto esa circunstancia.

Afortunadamente, los geles y barritas, además de una buena dosis de energía no nos añaden apenas peso a la impedimenta del barranquista. Eligiendo el producto adecuado (existen de energía instantánea, de energía de larga duración, para después del ejercicio...) podemos aguantar con dosis altas de energía toda la actividad, desde que empezamos a andar hasta que volvemos al coche, y sin pasar hambre.

Algo parecido sucede con la hidratación. El calor durante la aproximación y la nula transpirabilidad del neopreno provocan una deshidratación que acaba con el agua que hemos llevado y a veces acaba también con la paciencia de la espera en la cerveza o el refresco de después. No siempre encontramos surgencias o fuentes en el descenso y, en ese caso, las alternativas son o potabilizar el agua o pasar sed.

David SerranoSurgencia durante el descenso. Una posibilidad para renovar agua. Foto David Serrano

No deja de ser una cruel paradoja sentir sed dentro de un cauce fluvial, pero la proliferación de microorganismos peligrosos en el agua desaconsejan tomar agua sin tratarla previamente. La existencia de pastillas potabilizadoras alivia la necesidad de líquido pero tienen dos problemas importantes: no permiten el consumo inmediato y dejan sabor químico en el agua.

La aparición de los sistemas personales de filtrado han sido una gran ventaja para los barranquistas, que tenemos agua a disposición siempre. De uso sencillo a más no poder y actuación instantánea, no tiene ningún inconveniente frente a los sistemas químicos tradicionales y sí todo ventajas. El sistema Befree de Katadyn supuso una revolución en este sentido y posteriormente el filtro de Salomon o similares, que pueden acoplarse a un softflask para tener agua potable de modo inmediato siempre, también han ayudado a no tener que pasar sed en un barranco.

Sobre modos de potabilización, échale un vistazo a este artículo sobre los diferentes sistemas de purificación del agua.

Material de equipamiento

Ya hemos comentado lo cambiante de un medio como es un barranco. De un día para otro, o incluso en el transcurso de unos minutos, podemos ver incrementado el caudal de un modo espectacular e inquietante.

Esas crecidas, sobre todo las que afectan a los tramos más estrechos de un descenso, suelen afectar a las instalaciones, que suelen verse sumergidas y golpeadas por piedras y troncos arrastrados por las avenidas de agua.

Álex PuyóParabolt y spits en diferente estado de corrosión. Foto Álex Puyó

Por ese motivo, en descensos poco frecuentados o realizados a principios de temporada no está de más llevar material de recambio. A veces, cambiar un cintajo, un maillón o un cordino suele ser suficiente, pero otras veces tendremos que prever material de instalación y, obviamente, saber cómo utilizarlo.

A pesar de que los taladros eléctricos actuales suelen tener un peso, un tamaño y unas prestaciones muy adecuadas, en un entorno acuático como el de un barranco sigue siendo más eficaz llevar el material tradicional: burilador (taladro manual), broca y maza, además de, por supuesto, el material a emplazar como los tornillos de expansión con su correspondiente llave y las chapas con argolla.

Insistimos desde aquí en la importancia que tiene utilizar material de calidad y realizar la instalación de un modo correcto. No olvidemos que, después de ti, de estas instalaciones se va a colgar más gente que presupone que todo ha sido realizado de la mejor de las maneras. Utiliza siempre acero inoxidable en el equipamiento colectivo y no experimentes en lugares concurridos si no tienes todavía la destreza suficiente.

Esperamos que con este artículo hayas aprendido algo nuevo o refrescado los conocimientos que ya tenías. Recuerda que, además del material adecuado, la formación técnica es indispensable para afrontar con seguridad cualquier actividad en montaña.

Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Bilbao, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

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