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Calzado de montaña: botas flexibles, semirígidas y rígidas, y su importancia en nuestra seguridad

La correcta elección del calzado de montaña es fundamental. En este artículo os explicamos el porqué es tan importante para nuestra seguridad atinar y saber cuándo usar botas rígidas y botas semirígidas.

Botas rígidas y semirrígidas, fundamentales para nuestra seguridad. Foto: Jonatan GarcíaBotas rígidas y semirrígidas, fundamentales para nuestra seguridad. Foto: Jonatan García

El calzado de montaña y la seguridad

El objetivo de este artículo es transmitir el riesgo que supone elegir un calzado inadecuado al realizar actividades de montaña. Especialmente si se trata de montañismo y alpinismo en situaciones técnicas y con crampones.

La variedad de las actividades en la montaña y su calzado

El calzado para aire libre y montaña es muy variado. Tanto como las actividades que se desarrollan en el medio natural, y tanto como las condiciones que podemos encontrar: desde un corto paseo senderista por buen terreno llano un día seco de verano, hasta la ascensión por una ruta técnica a una cima de más de 8.000m.

Y cada una de estas situaciones requerirá de un calzado adecuado.

Esto no quiere decir que necesitemos un par de botas o zapatillas diferente para cada día. La mayoría son polivalentes; lo importante es conocer sus límites.

Porque ese límite es el mismo que el de nuestra seguridad; si lo traspasamos, estaremos poniéndonos en riesgo. Por poner un ejemplo: si intentamos escalar un corredor con botas de trekking y crampones, probablemente acabemos teniendo un grave accidente. El calzado de montaña no solo nos ayuda a que las cosas sean más fáciles: es crucial para nuestra seguridad en un medio hostil.

En general, y quitando lo más específico (como pies de gato, calzado de barrancos, zapatillas de competición, etc), si dividimos las actividades posibles en senderismo, montañismo y alpinismo, en la mayoría de los casos, para quien practique todas ellas, con un par diferente para las 3 será suficiente.

Habrá otras que no: no empleará la misma bota rígida un alpinista para escalar hielo que para ascender un ochomil, y habrá quien tenga una bota de trekking cercana a las de montañismo para actividades más serias y de montaña, y unas zapatillas de trekking para caminatas en pista o senda fácil que además sirven para uso urbano y viajes.

Requisitos que debe cumplir el calzado de montaña. La trampa de la comodidad

El calzado técnico de montaña tiene que cumplir 3 condiciones fundamentales:

  • Prestaciones
  • Protección
  • Seguridad

Sin él no podríamos realizar la mayoría de actividades, porque necesitamos protegernos en el medio natural, y porque determinadas actividades, sin el calzado adecuado, se convierten en muy peligrosas.

Pero hay una 4ª condición: la comodidad.

La comodidad es muy importante no sólo porque nos permitirá disfrutar de la actividad, sino porque una bota o zapatilla que nos haga daño, o incluso rozaduras y ampollas, no nos permitirá pisar y apoyar correctamente, lo que aumenta nuestra inseguridad, y nos penalizará técnicamente, aumentando las posibilidades de accidente.

Es decir: si el calzado nos produce incomodidad, nuestra seguridad disminuye y nuestra técnica se resiente.

Pero ¡CUIDADO CON LA TRAMPA DE LA COMODIDAD!

No debemos confundir la comodidad que emana de la elección de un producto bien construido y que sea adecuado para nuestro pie, con la comodidad en general.

Todos vamos más cómodos con zapatillas que con botas, o con botas flexibles que con botas rígidas, pero cada situación requiere de un tipo de calzado.

La comodidad es importante una vez elegido el tipo de calzado: si debo llevar bota rígida, buscaré el modelo que, con las prestaciones requeridas, más cómodo me haga sentir, pero no arriesgaré llevando zapatillas porque me resulte más cómodo, y porque pesen menos.

Y además, hoy en día, el calzado semirígido y rígido no tiene absolutamente nada que ver con el que existía. Aligerado, comodísimo...no debemos pensar en un calzado incómodo que nos tiene que hacer daño. No es así: tiene que sentarnos como un guante; su mayor incomodidad, hoy en día, proviene de lo que es (se anda peor, nos sujeta más, pesa algo más, etc). Pero eso es todo.

Si una bota rígida nos hace daño, algo falla, probablemente la horma. Deberemos buscar otro modelo que se nos adapte, porque no es algo inherente a este tipo de botas.

Trekking en Islandia. Foto: Hilo Moreno
Trekking en Islandia. Foto: Hilo Moreno

Tipos de calzado de montaña, según seguridad y prestaciones

No vamos a extendernos en las características de cada grupo. Son muchas, y a veces puede ser complicada la elección, a pesar de tener claro el tipo de calzado. Por ello, os recomendamos leer los artículos en los que tratamos a fondo cada uno de los grupos:

  • Cómo elegir tu calzado de senderismo y trekking
  • Cómo elegir tus botas de montañismo y alpinismo
  • En este artículo solo diferenciamos los grupos por cuestiones de seguridad, que tiene que ver básicamente con la rigidez de su suela, con su índice de flexión. Dentro de cada grupo, habrá diferentes tipos. Por ejemplo, en alpinismo, bota rígida, encontraremos desde modelos ligeros hasta triples de expedición. Pero eso lo tratamos en los artículos arriba enlazados.

    En general hay 3 grandes tipos:

    • Botas y zapatillas flexibles. Para senderismo, trekking fácil y media montaña.
    • Botas semirígidas. Para montañismo.
    • Botas rígidas. Para alpinismo
    Técnicamente, las botas se clasifican en 4 categorías, de menor a mayor rigidez (B0, B1, B2, B3), siendo B2 la referida a botas semirígidas, y B3 la referida a botas rígidas.

    Tiene que quedar claro que, cuando hablamos de rigidez, nos referimos a la flexión de la suela. La mayoría de botas de alpinismo, sean del tipo que sean, tienen una solidez en su parte superior que nos protege de golpes de piedras, roces, etc.

    1. Botas y zapatillas flexibles

    Son para senderismo, paseos por terreno medianamente fácil, media montaña. Puesto que su principal función es andar, flexan bastante.

    Se emplean en situaciones en las que no necesitamos prestaciones excesivamente técnicas, pero tenemos que andar mucho, por lo que la flexibilidad es importante. Para terreno más o menos plano y marcado, pistas y sendas de montaña, algo fuera de ella, trekkings fáciles, firme no especialmente irregular, riesgo bajo. Igual nos sirven para un paseo alrededor de nuestra ciudad que para alcanzar la cola de caballo en Ordesa o para subir montañas sin dificultad y firme más o menos asequible.

    Como suele ocurrir, hay medias tintas, y algunos modelos están más cercanos a las botas semirígidas y, sin llegar a ser muy técnicas, se desenvuelven bien en terrenos más complejos de montaña.

    En este tipo de calzado la sujeción y la protección -aun siendo mayor que en el calzado para calle y otros deportes- no son tan necesarias como en el que se usa en zonas más técnicas.

    Las suelas son adecuadas tanto para proteger de irregularidades como para darnos el agarre necesario en el terreno, sea seco o húmedo.

    En los artículos enlazados explicamos también algo importante: la elección entre botas y zapatillas de trekking. Si el terreno puede ser algo accidentado, con bajadas algo fuertes, o si vamos cargados y necesitamos estabilidad, las botas son la elección. Y las botas de media caña, el mejor compromiso entre ambas.

    2. Botas semirígidas

    Aquí empieza la trampa de la comodidad.

    Cuanto más se complique el terreno, más necesitaremos el apoyo del calzado. Y, entre otras cosas, esto se consigue aumentando la rigidez de la suela. Lo cual hace que, aunque nos ajusten a la perfección, sea más incómodo caminar y llevar puestas este tipo de botas. Y que haya quien apure el momento de usarlas, incluso deseche su uso, en momentos en los que sería muy conveniente emplearlas.

    Como decimos, su suela semirígida flexa, aunque bastante menos que una bota o zapatilla de senderismo o trekking. Guardan un equilibrio entre algo de flexión que aún permite un buen caminar, y la suficiente rigidez necesaria en zonas complejas: escalada en aristas, pedreras, tramos de nieve, etc. También ayudan a mantener el equilibro, especialmente cuando se carga mucho peso.

    Podríamos definirlas como las botas oficiales de tremiles fuera de invierno y de trekkings de varios días con cargas pesadas.

    Y es que internarnos por este tipo de terrenos con calzado de senderismo nos pone en riesgo de accidente, como cada año nos indican, por ejemplo, los datos de rescates y accidentes que realiza Montaña Segura en los tresmiles del Pirineo aragonés. En ellos se destaca que los principales motivos de accidente son la falta de experiencia y forma física, por un lado, y la falta del material adecuado por el otro.

    Botas rígidas

    Entramos en el mundo del alpinismo: escalada en hielo, ascensiones técnicas verticales, corredores, invernales, etc.

    La suela es totalmente rígida, no flexa absolutamente nada, porque nos tiene que sostener en la vertical, y para que se pueda andar con ella, tiene una buena curvatura (cámber) y un tobillo con sistemas de flex frontal. Los modelos modernos son increíblemente cómodos para andar, dentro de sus limitaciones, si lo comparamos con las botas de no hace tantos años.

    En la vertical alpina, bota rígida. Foto: Jonatan GarcíaEn la vertical alpina, bota rígida. Foto: Jonatan García

    Intentar la mayoría de actividades técnicas alpinas con un calzado no rígido es un riesgo muy alto que no deberíamos asumir.

    Cómo saber si una bota es flexible, semirígida o rígida

    Aunque la diferencia entre una y otra está en el interior, en la rigidez del cambrillón, un truco que nos puede servir para diferenciar una bota flexible, rígida o semirrígida tiene que ver con el sistema de crampones que acepta.

    Como regla general, podríamos decir qué:

    • Una bota flexible no lleva enganche para crampones ni en talonera ni en puntera
    • Una bota semirígida lleva enganche para fijación de crampones solo en talonera (fijación semiautomática)
    • Una bota rígida lleva enganche para fijación de crampones en talonera y puntera (fijación automática)

    El riesgo del uso de crampones con botas no adecuadas

    Con los crampones hay un problema: puesto que hay sistemas de sujeción que permiten atarlos a prácticamente cualquier calzado, hay quien considera que puede llevar cualquier bota en situaciones en las que haga falta crampones.

    Así, bastantes personas utilizan, en nuestra opinión erróneamente, botas de trekking/senderismo flexibles con crampones de correas para terrenos con cierta verticalidad (como tresmiles en verano, etc), pero hay que dejar claro que no es lo recomendable. No solo porque no son botas adecuadas para la mayoría de esos terrenos, sino porque muchas de ellas descubren después, en el peor de los momentos, que los crampones pueden tender a soltarse durante su uso.

    El hecho de que unos crampones de correas puedan atarse en cualquier bota no quiere decir que cualquier bota sea segura para ser usada en montañismo y con crampones.

    Las botas flexibles dan muchos problemas en terreno pronunciado y que tiende a la vertical, ya que la barra central de los crampones no tiene la flexibilidad necesaria para botas tan poco rígidas, y en consecuencia, al flexar y encogerse la bota de forma más acusada que el crampón, éste puede soltarse.

    Bota rígida para alpinismo. Es fácil imaginar qué ocurriría con uan bota blanda. Foto: Dani Vega
    Bota rígida para alpinismo. Es fácil imaginar qué ocurriría con uan bota blanda. Foto: Dani Vega

    En el momento en el que el terreno se empina, nuestro consejo, por seguridad, es usar siempre bota rígida o semirrígida, según la necesidad.

    ¿Y el calzado para carreras por montaña?

    No es extraño ver en lugares complejos de alta montaña a personas con calzado para carreras por montaña.

    Si alguien duda sobre si puede o no llevarlo, la respuesta es sencilla: no puede.

    Es causa de bastantes problemas. Hay quien, pros, gente muy experimentada, con una forma física, una experiencia, y una técnica muy sólidas, no duda, y lo emplea. Tanto la suela como ciertas características se lo permiten, gracias a sus capacidades. Pero ni siquiera estas personas lo hacen en todos los lugares en los que gente menos preparada lo hace, por imitación de los pros.

    A quienes prefieran un calzado más "ágil", les recomendamos las botas técnicas modernas, tanto para alpinismo como para trekkking y montañismo. En este artículo, Botas clásicas contemporáneas vs técnicas modernas. El ejemplo de Bestard , os explicamos de qué se tratan; como decimos en él, quienes emplean zapatillas para montañismo 3 estaciones, deberían valorarlo.

    Tienda web: www.barrabes.com
    Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

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