Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
El esquí de fondo es una actividad apasionante. Os explicamos sus tipos, cómo elegir las tablas, botas, bastones, fijaciones, ropa y guantes para el esquí de fondo.
El esquí de fondo es un deporte apasionante. Combina las sensaciones que pueden proporcionarnos las raquetas en un espacio natural con la diversión y plenitud del deslizamiento.
Se desarrolla en lugares privilegiados, resultando prácticamente inexistente su huella en el medio.
Llanos del Hospital, en el valle de Benasque, es un buen ejemplo de estos lugares. Pedimos a Chemary Carrera, director de la Escuela Maspirineo, situada en esta estación nórdica pirenaica, que comparta con quienes lean este artículo una serie de puntos definiendo lo que para él es esta actividad:
El Esquí de Fondo:
Todas estas razones se resumen en una: la increíble experiencia de transitar por bosques y montañas en invierno, y además practicando un deporte divertido y muy saludable.
Al final del artículo hemos incluido un anexo con el listado de todas las estaciones de esquí de fondo de la Península y el norte de los Pirineos. Como veréis, son alguna más de las que pensabais.
Vamos a comenzar explicando la vestimenta. Después continuaremos con el material duro: tablas, fijaciones, botas, bastones.
Pero, entre ambas cosas, después de la ropa, tendremos que contaros algo muy importante: los dos tipos de esquí de fondo que existen. Esto es básico, porque, según cuál elijáis, necesitaréis un material u otro.
Pronto entenderéis las diferencias, cuál es el mejor para iniciarse...¡y cuál os gusta más!
Comenzaremos por algo importante: si nunca has hecho esquí de fondo, ¡no aparezcas con ropa de esquí alpino! ¡Esto es un deporte aeróbico! Es algo común de ver el primer día de cursillo...
Es cierto que al principio no irás rápido, tendrás momentos de parón, te caerás algunas veces y, puesto que estás en la montaña, tendrás que abrigarte. Pero unos pantalones y una chaqueta con mucho relleno, como las de alpino, te harán la vida bastante dura...además de impedirte bastante los movimientos.
Podríamos decir que la ropa para esquí de fondo es algo parecido a la ropa de ciclismo de invierno pero, en algunas ocasiones, con mayor capacidad térmica y, en otras ocasiones, con mayor capacidad de protección contra los elementos.
Para la parte de abajo del cuerpo, lo clásico y más técnico son las mallas térmicas en cualquiera de sus variantes. Las hay de diferentes capacidades térmicas, y permiten movilidad total.
Sin embargo, excepto en los casos más deportivos, hoy en día suele usarse un tipo de pantalones softshells bastante ágiles. Son atléticos, pero con su punto de calidez. Tienen mayor gramaje que las mallas, no suelen ser tan ajustados, y suelen incorporan paneles cortavientos que los convierten en softshells similares -o iguales, de uso indistinto- a los de esquí de travesía.
Estos pantalones no suelen usarse para competir, pero para el resto, desde principiantes a avanzados, son muy recomendables. Además, cuando se empieza, se tiene mayor protección que con unas mallas en las inevitables caídas.
Para la parte superior, además de la ropa interior de montaña, encontramos maillots y chaquetas que nos recuerdan tanto a las de ciclismo como a las de esquí de montaña rápido. Los maillots, de diferente gramaje, pero bastante cálidos, en la mayoría de ocasiones no incorporan capucha.
Las chaquetas, como los pantalones, también sirven para esquí de travesía rápido.
Todo se complementará con tercera capa impermeable (ligera, a poder ser) para los días de peor clima, y una prenda de abrigo -con relleno- para las paradas, y que si es fina y atlética, puede emplearse los días más fríos durante la actividad.
Una cosa que se descubre en cuanto se comienza en el esquí de fondo es la importancia de los guantes. Y no solo por la necesidad de protección.
Ocurre que la técnica del esquí de fondo tiene su base en el juego entre mano y bastón. Al dar impulso, éste tiene que ser realizado de forma que permita extender en su totalidad el bastón hacia atrás soltando la mano. La empuñadura y dragonera están diseñadas para que no se caiga el bastón al soltarlo y, además, para que después balancee y vuelve a la mano. Con guantes gordos no adecuados, es muy difícil realizar esta operación con eficacia y, por tanto, es complicado esquiar.
Los guantes de fondo tienen un diseño especial en la muñeca, y aportan calor sin perder deportividad. Volvemos a decirlo: tienen más que ver con los guantes de ciclismo invernal que con los de esquí alpino.
Antes de elegir nuestro material "duro" (tablas, botas, fijaciones y bastones), debemos conocer los dos estilos principales de esquí nórdico. Porque, como hemos dicho, según cuál practiquemos, necesitaremos diferentes tablas, botas, fijaciones e, incluso, bastones de diferente longitud.
Es el más antiguo. Se practica en las estaciones a través de una huella marcada en la nieve, con dos carriles por los que las tablas circulan. En esencia, realizamos movimientos hacia adelante y hacia atrás, como caminando, para deslizarnos a buena velocidad. A esto se le denomina “paso alterno”.
Puede usarse siempre, independientemente del nivel de esquí, pero normalmente es el que, además, se emplea para aprender.
De creación más reciente. Como su nombre indica, consiste en realizar los exactos mismos movimientos para deslizarnos que con unos patines en línea, pero con esquís, sobre la nieve, y con bastones.
La suela del esquí se divide en zona de deslizamiento (en las puntas de los esquís) y zona de patada o de agarre (en el centro).
La punta es larga y angulada, para que deslice y no se clave cuando descendemos de nuevo a la nieve el esquí trasero elevado durante el paso.
Al realizar el paso alterno, nos encontramos con un problema: cuando nos impulsamos, la tabla avanzada desliza hacia delante…mientras la que se queda atrás para impulsar a la otra patina hacia atrás. Imaginemos que intentamos andar en hielo. Algo así.
Para poder realizar los pasos clásicos, se necesita un sistema que nos permita deslizar hacia adelante, pero no retroceder. Lo mismo que las pieles de foca en esquí de travesía. Y hay 3 formas de conseguirlo:
¿Su problema? Tienen un gran agarre, pero disminuyen mucho el deslizamiento.
Decimos que hasta hace poco era el único sistema sin mantenimiento. Sin embargo, en estos momentos solo se usa en junior, gama baja, y alquileres. ¿El motivo? La llegada de las micropieles, que cada vez son más usadas incluso por los más avanzados y expertos en su día a día.
En cierta forma, han revolucionado el estilo clásico: muchas personas que también gustaban de este estilo, lo abandonaban, ya que con escamas, para alguien avanzado, el deslizamiento no era el adecuado, y el uso de ceras da "pereza".
Una gran ventaja es que pueden cambiarse, bien por desgaste, bien por otra mejor para otro tipo de nieves, etc.
El sistema de micropiel de Salomon se llama Skin, al igual que el de Fischer. El de Atomic, Skintec.
Básicamente todas funcionan igual: el pie está enganchado a la fijación solo a través de la puntera, en donde una goma se comprime con nuestro movimiento, permitiéndonos flexar, volviendo después a su posición.
Según materiales y dureza de la goma, serán más o menos técnicas. Todas las fijaciones de clásico tienen una goma más blanda que cualquiera de patinador.
En la mayoría de los casos, la fijación viene con las tablas, acorde a ella según su nivel. Debemos tener cuidado y comprobar que las botas y fijaciones sean compatibles entre sí, porque existen varios sistemas.
Hay que destacar que actualmente, en las tablas que se venden sin fijación, viene ya la muesca para la misma. Las tablas de fondo son muy duras, y antes, sin esa muesca, no era tan sencilla su colocación.
Por regla general, sumamos unos 15 centímetros a nuestra altura y obtendremos la longitud de nuestros esquís clásicos.
Hay otros factores: para principiantes, es mejor elegir las tablas más cortas que nos sirvan; una vez avancemos, aumentaremos el tamaño.
Pero la altura y nuestro nivel no es lo único que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestras tablas: el peso es muy importante. Y aquí hay que explicar el arco.
Los esquís de fondo clásico forman un arco, vistos desde el lateral, de forma que, cuando apoyamos todo nuestro peso sobre una de las tablas (esto ocurre en el esquí de apoyo: entonces ceras-escamas-micropieles evitan del deslizamiento contrario), nos frena, pero cuando deslizamos y lo distribuimos entre los dos, solo punta y espátula apoyan completamente, realizando la zona bajo nuestros pies menor presión contra la nieve.
El motivo es evidente: de esta forma evitamos que la zona no lisa (ceras, escamas, micropiel) roce completamente y nos frene en el deslizamiento.
Según nuestro peso y habilidades, elegiremos tablas con mayor o menor arco. Aunque, en realidad, ya son las marcas las que se preocupan en fabricar los arcos según nivel, longitud, y peso. En gama alta tendremos alguna elección más. Normalmente, a arco más alto, mayor tecnicidad (y menor roce...).Pero en el arco no solo es la forma importante: la flexibilidad del mismo es fundamental. Funciona como un amortiguador, rebota. A mayor peso, necesitaremos mayor rigidez.
Por último, los esquís más estrechos son los más técnicos, para expertos; cuanto más anchos, más sencillo esquiar con ellos.
En realidad, todo esto se reduce a elegir la medida adecuada para nosotros indicada en las tablas que cada marca publica, según nuestro peso, técnica y experiencia. Sobre todo al principio, lo mejor es confiar en esas tablas y escoger lo que la marca diga que nos corresponde.
Como hemos dicho, el esquí de fondo clásico, el que todo el mundo identifica, el más antiguo, perdió mucho espacio ante la sencillez que proporciona en el paso patinador la falta de ceras y la más simple elección de las tablas. Y también, todo hay que decirlo, ante la diversión que proporciona el skating...
Para aprender a deslizar y descender se suele recomendar empezar por el clásico, es mucho más sencillo, y su curva de aprendizaje es menos empinada. Sobre todo quienes no saben patinar, o no están en la mejor forma. Esto último es importante: podemos empezar el primer día con el paso clásico casi como si andáramos. En patinador, deberemos patinar desde el primer momento, y tendremos que poner más de nuestra parte.
Más sencilla la elección que en clásico. Al patinar siempre nos impulsamos para adelante (por eso los patines de ruedas no llevan sistema que bloquee las ruedas para impedir que vayan para atrás), así que como no necesitan agarre, son una suela lisa, sin más.
El diseño varía con respecto a los clásicos: menos arco (ya que al ser lisa la suela, al apoyar desliza), puntera más corta y redondeada (no apoyamos esa zona), y cantos (ya que apoyamos sobre ellos parte del impulso).
Cuanto más alta su gama, mayores prestaciones y ligereza. Pero no encontramos las diferencias del estilo clásico provocadas por el sistema de agarre. Simplemente hay que tener en cuenta que podemos encontrar 3 tipos, según su suela:
Su principal diferencia radica en que la goma es más dura, para evitar que el esquí cuelgue al patinar. Hace unos años había alguna más, sobre todo en el diseño de la placa (las acanaladuras evitan, llevando el talón libre, que al hacer fuerza lateral para patinar éste se salga del esquí), pero hoy en día, al comprobarse que la mayor sujeción de la placa de las de patinador también beneficiaba en el estilo clásico, prácticamente puede decirse que solo las diferencia la goma.
De hecho, los modelos que permiten cambiar la goma pueden usarse indistintamente.
Las más técnicas son más ligeras y estrechas, sujetan menos. Deberemos elegirlas siempre acordes a nuestro nivel.
Al haber varios sistemas -y esto vale tanto para clásico como para patinador-, es fundamental que las botas y fijaciones sean compatibles entre si.
Con respecto a la longitud de las tablas, en general son unos 10-15 centímetros más cortas que las de clásico. Así que elegirlas de igual medida que nuestra altura no es mala opción...pero cuidado: normalmente, vamos a tener que elegirlas según nuestro peso, no nuestra altura. Lo mejor es consultar las tablas de tallas de los fabricantes y seguirlas. Otras elecciones son ya para expertos.
Con esquís más largos se patina más, pero se manejan peor. Es mejor unos esquís adecuados a nuestro nivel.
La rigidez es importante, pero en este caso la lateral: como clavamos los cantos para impulsar, no deben flexar lateralmente.
Las botas para paso alterno (estilo clásico) tienen tobillera flexible, y en general toda la bota es “blanda”. El gesto que hacemos con ellas es de andar hacia delante, así que la caña del tobillo es más blanda y baja, para no impedir el movimiento. La estabilidad lateral se gana en buena parte con la rigidez lateral de la suela.
Las botas para paso patinador tienen tobillera más alta y protegida, bastante rígida, y lo mismo ocurre con el resto de la bota. Se entiende mejor diciendo que se dan un aire a unos patines.
Si ya se dispone de unas botas de clásico, o de patinador, y queremos practicar el otro estilo, puestos a invertir, es mejor hacerlo en una dedicada que una combi. No vamos a ahorrar dinero, porque tenemos que comprar un par y ya tenemos el otro, y funcionan mejor. Pero para quien tiene que adquirir los dos pares, o para quienes realizan predominantemente un estilo, con algunas incursiones en el otro, unas combi pueden ser una buena elección, sobre todo para nivel medio-bajo.
Son fundamentales. Su diseño es especial, tanto para impulsarnos como para permitirnos realizar las maniobras de mano y balanceo del bastón, básicas en la técnica. También las rosetas, que en este caso más bien podrían llamarse cazoletas, son específicas para esquí de fondo.
Lo primero que hay que destacar es que los bastones para paso patinador tienen que ser más largos. Más o menos nos tienen que llegar a la oreja. Nuestra altura por 0.89 es un buen punto de partida.
En el caso de los bastones para paso alterno (clásico), más o menos tienen que llegarnos al hombro. Nuestra altura por 0.83 está bien.
Las dragoneras son fundamentales, porque, como hemos explicado al hablar de los guantes, en las técnicas de mano y balanceo hay un momento en el que, para permitir un impulso total, debemos soltar el bastón y debe quedar enganchado -sin colgar- de la misma, y al hacer el balanceo de vuelta tiene que regresar a nuestra mano, para que la cerramos en la empuñadura.
Con respecto al material, para comenzar están bien los de aluminio. Después llegan los compuestos con algo de carbono, que eliminan peso, y finalmente el carbono en los mejores, que elimina peso y da gran rigidez.
¿Y qué hacer cuando no hay nieve? Para entrenar en verano, en ciudad, etc, los rollers cada vez tienen más adeptos.
Una forma divertida de ganar técnica y de pasarlo genial. Eso sí: siempre, pero especialmente al principio, ¡con protecciones! Es mejor iniciarse en ellos una vez que ya controlamos la técnica adecuadamente.
Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Bilbao, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.
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