El sábado partían del campo 1 (que habían encontrado completamente enterrado en la nieve el día anterior, tras palear 3 horas, como puede verse en las fotos) con la idea de dormir en el campo 2. Pero a 5.300m han decidido regresar, debido a las imposibles condiciones de la montaña: “La pala previa al muro Kinshoffer, que habíamos equipado y escalado totalmente helada, aparecía con nieve hasta la cintura”.
No daban por imposible llegar al campo 2, pero habrían tenido que dejar el resto, teniendo en cuenta los días que venían, y lo más importante, habrían llegado demasiado tarde como para localizar el lugar y desenterrar la tienda que allí dejaron.
Además, el riesgo de avalanchas era muy alto: “Ayer, mientras subíamos al campo 1, fuimos testigos de varias avalanchas y otras tantas señales de avalanchas previas; hoy tampoco estaba el terreno seguro.”
Así que se encuentran de nuevo en el base, esperando que las condiciones mejoren. Paradojas del Nanga Parbat invernal: el mayor enemigo de esta montaña en invierno, el viento, podría ser ahora el mayor aliado de los alpinistas si consiguiera limpiar el metro y medio de nieve nueva que se acumula en la misma. Quedan 20 días de invierno, y aún pueden aprovechar sus oportunidades.
Los iraníes han decidido abandonar. Consideran que la montaña está demasiado cargada de nieve como para otro intento, piensan que el tiempo no va a cambiar, y además, no han conseguido aclimatar. Problemas físicos al principio, y el mal tiempo después, apenas les han permitido superar por los pelos los 6.000m en la montaña, a diferencia de Alex Txikon, Ali Sadpara y Danielle Nardi, y a estas alturas se ve difícil que pudieran acompañar a estos en un ataque a cima con una aclimatación tan corta, y ya sin tiempo para realizarla.
Porque con 20 días por delante, quizás tan solo queden 1 ó 2 intentos de conseguir la 1ª cima invernal de la historia en el Nanga Parbat.